Investigadores del centro CiQUS de la Universidad de Santiago de Compostela han creado un material sensor que actúa como un teclado molecular. Está basado en el conflicto quiral, un efecto apenas descrito en química de polímeros, y su 'música' o respuesta quiro-óptica informa sobre diversos estímulos, como la presencia de cationes metálicos en una disolución.
Investigadores de la Universidad de Barcelona y del Instituto de Bioingeniería de Cataluña han diseñado y desarrollado un nanodrón que es capaz de detectar gases peligrosos en edificios derrumbados por terremotos o explosiones e, incluso, identificar la presencia de posibles víctimas en lugares difícilmente accesibles.
Investigadores de la Universidad Rovira i Virgili y otros centros europeos han demostrado por primera vez la posibilidad de utilizar nanodiamantes en sensores destinados a la detección de gases contaminantes. Por ejemplo, pueden percibir vapores de dióxido de nitrógeno o amoníaco en niveles de trazas en el medio ambiente.
Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid han logrado sintetizar de manera sencilla y económica nanopuntos de carbono, un nuevo material de interés por sus propiedades ópticas. El trabajo también presenta un innovador método para modificar mediante la electroquímica esta forma del carbono.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia han fabricado unas espiras magnéticas que miden con gran precisión el flujo de tráfico sobre el asfalto. Estos sensores son baratos y también permiten recoger información sobre la velocidad de los vehículos, su longitud y diversos parámetros viales.
Investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas de Barcelona han usado tecnología basada en grafeno para fabricar parches flexibles capaces de monitorizar los niveles de exposición solar, hidratación, temperatura o saturación de oxígeno en el cuerpo humano. Los dispositivos se puede conectar a un movil para alertar al usuario si se alcanzan niveles peligrosos para la salud.
Investigadores australianos y españoles han desarrollado un sensor de bajo coste que mide la radiación ultravioleta que afecta a cada persona según su tipo de piel. Los resultados se pueden visualizar en una pulsera con emoticonos tristes y alegres, que ayudan a prevenir los efectos dañinos del sol.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas han desarrollado detectores de radiación para explorar el universo en las misiones de la ESA. Se trata de microcalorímetros extremadamente sensibles y miniaturizados, como pequeños termómetros, que pueden detectar la energía de un solo fotón.
Un equipo de la Universidad de Huelva y la firma española Ontech Security ha desarrollado un sistema que avisa de escapes de gases en industrias. La novedad de este dispositivo, integrado por varios sensores, radica en su reducido tamaño y en la ausencia de cables. Además, se ha creado una aplicación web para móviles y ordenadores que envía una señal de emergencia en caso de fugas.
Investigadores de la Universidad de Burgos han desarrollado un sistema que se torna fluorescente cuando entra en contacto con el TATP o 'madre de Satán', el explosivo más utilizado por los terroristas suicidas. La idea es instalar este sensor en los sistemas de ventilación de espacios cerrados sensibles a posibles ataques, como aeropuertos, estadios o salas de conciertos.