La desaparición de la megafauna prehistórica al final de la última Edad de Hielo se había atribuido a la expansión de los primeros humanos por todo el mundo. Sin embargo, el análisis del genoma del rinoceronte lanudo demuestra que esta especie, en realidad, se extinguió por el cambio climático de aquella época.
Diego Álvarez Lao y María Noval en la cueva que albergaba el yacimiento de Jou Puerta. Foto: Javier Calzada.
Restos de la cría de mamut hallados en Jou Puerta: Tres fragmentos de molar (arriba) y una pequeña defensa. Foto: Diego Álvarez Lao.
Rinoceronte lanudo. Ilustración original de Diego Álvarez Lao.
Restos de rinoceronte lanudo recuperados en Jou Puerta. Foto: Diego Álvarez Lao
Megaloceros o ciervo gigante. Ilustración original de Diego Álvarez Lao.
Ni el mamut lanudo ni el resto de fauna de climas fríos presente en Europa durante el Pleistoceno se asentaron de forma permanente en la Península Ibérica, donde tuvieron que vivir en condiciones ecológicas diferentes a las del resto del continente y compartir hábitat con animales de climas templados.