La trampa natural de Jou Puerta ha aportado uno de los conjuntos faunísticos de clima frío más abundantes de la Península Ibérica. Entre los restos recuperados en el yacimiento por el paleontólogo y profesor de la Universidad de Oviedo Diego Álvarez Lao se encuentran restos de asta del mayor ciervo que existió en la historia de la evolución: un megaloceros o ciervo gigante.
“Se trata de una especie poco frecuente en los yacimientos ibéricos, y de la que en Jou Puerta hemos podido recuperar fragmentos de un asta descomunal”, destaca Álvarez Lao. De hecho, entre los extremos de ambas astas había una distancia (envergadura) de tres metros y medio, y cada asta medía en torno a un metro ochenta desde la base hasta su extremo. El propio cérvido medía más de dos metros sólo hasta la cruz (el “hombro” del animal).
Recreación de un megaloceros. Ilustración original de Diego Álvarez Lao.