Hace una semana el IPCC publicó su sexto informe donde alertaba de que los impactos de la crisis climática son globales y más intensos de lo que se creía. Jofre Carnicer, uno de los autores españoles del trabajo, advierte que, para superar este reto “mayúsculo”, en los próximos 20 años se necesitan cambios no solo en los gobiernos, sino también en nuestros comportamientos de consumo, cultura y hábitos de vida.
El cambio climático perjudica a la salud. Así de tajantes se muestran Cristina Linares Gil y Julio Díaz, investigadores que llevan años estudiando el impacto sobre las vidas humanas tanto del frío como del calor extremos. Este año, en el Instituto de Salud Carlos III han creado una unidad de referencia en cambio climático, salud y medio ambiente urbano.
Las temperaturas han llegado a superar los 45 grados Celsius en el noroeste de EE UU y oeste de Canadá. La Organización Meteorológica Mundial advierte que con la crisis climática, eventos excepcionales como estos se vuelven más comunes y prolongados, lo que supone una amenaza para la salud de las personas, la agricultura y el medio ambiente.
Un estudio liderado por el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona demuestra que las olas de calor marinas pueden provocar cambios a escala molecular, que afectan a la respuesta inmune de los peces, su manera de reaccionar ante los estímulos externos y su metabolismo.
En el último siglo, las rachas de temperaturas altas se han hecho más largas y frecuentes en los océanos a consecuencia del cambio climático. Un equipo internacional de científicos, con participación del Centro Nacional de Supercomputación (BSC–CNS), ha cuantificado por primera vez la magnitud de este fenómeno, que diezma las especias acuáticas y altera sus ecosistemas.
La cerveza podría convertirse en un artículo de lujo cada vez más escaso, debido al calentamiento global que afectará al cultivo de cebada. Esa es la conclusión de un de un equipo internacional de investigadores, que ha realizado modelos de distintos escenarios basados en las previsiones de quema de combustibles fósiles y emisiones de dióxido de carbono.
El cambio climático, y en particular el aumento de la frecuencia y la gravedad de eventos extremos como las olas de calor, pueden favorecer la proliferación del cangrejo de río americano. Con el aumento de la temperatura del agua este crustáceo adopta una dieta más herbívora que repercute en los ecosistemas, según un estudio publicado en la revista PLoS ONE.
Una investigación desarrollada por el Grupo Aire de la Universidad de Extremadura revela el aumento de veranos calurosos con eventos de mayor duración y más intensidad con temperaturas superiores a 36 a 37 grados en esta comunidad autónoma, pero también con menos días con temperaturas suaves. El estudio estima además que los eventos calurosos, de entre 35 y 36 grados, aumentan más que las olas de calor –dos días consecutivos a más de 39 grados– en duración, intensidad y frecuencia.
A las puertas del verano las temperaturas ya están aumentando y cada vez lo harán más. El año 2015, y el mes de julio en particular, ya batió todos los récords desde que se tienen registros. Las previsiones apuntan a un incremento de las olas de calor, unidas a una mortalidad que parece pasar desapercibida pero que se lleva cada verano más de mil vidas en España.