Sequías, tornados y precipitaciones torrenciales han existido siempre en nuestro país. Mientras la ciencia sigue estudiando su relación con el cambio climático, está demostrado que el calentamiento global conduce a cada vez más olas de calor y mayor severidad en algunos fenómenos meteorológicos. Expertos de cuatro centros de investigación españoles nos cuentan el pasado, presente y futuro de estos sucesos.
Un proyecto liderado por el CSIC analiza el aumento de las temperaturas en el mar. Los hallazgos indican que este fenómeno modifica la composición del fitoplancton e interfiere en la circulación oceánica.
El pasado año, los efectos de la crisis climática se dejaron sentir en toda Europa, con millones de personas afectadas por fenómenos meteorológicos extremos. El Servicio de Cambio Climático de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial publican el informe sobre el Estado del Clima en Europa en 2023.
Un estudio, liderado por ISGlobal Blarcelona, ha revisado al alza las estimaciones hechas hasta ahora sobre los fallecimientos asociados a temperaturas récord que soportó el continente europeo en los meses estivales del año pasado.
Los expertos de la agencia estadounidense alertan de que 2023 tiene de un 50 % a un 80 % de probabilidades para convertirse en el año más cálido jamás registrado y el 2024 podría ir en la misma dirección. Además, también señalan que los aumentos en las temperaturas de los océanos provocan más fenómenos meteorológicos extremos.
La Organización Mundial de la Salud está desarrollando, en colaboración con la Organización Meteorológica Mundial, un sistema de vigilancia para los grupos más vulnerables por amenazas derivadas del calor extremo.
El proyecto internacional ProMETEO, con la asesoría científica en España del físico Jose María Martín Olalla (Ourense, 53 años), está probando en Sevilla un sistema piloto que clasifica y nombra las olas de calor según su impacto en la salud. Si se alcanzan tres días con temperaturas superiores a 41 ºC, dan la voz de alarma. La primera con nombre propio fue Zoe, en un mes de julio de 2022 con cifras récord.
El informe anual del Servicio de Cambio Climático del sistema satelital Copernicus ha registrado el verano más cálido hasta la fecha. Los expertos alertan de que Europa debe adaptarse a las condiciones climáticas actuales, marcadas por el estrés hídrico y el deshielo.
Investigadores de las universidades de Santiago de Compostela y de Vigo han constatado que las olas de calor en la península ibérica y Baleares son cada vez más intensas, especialmente en el oeste peninsular y las zonas montañosas, y que los eventos extremos aumentan en magnitud. Como resultado, puede elevarse la demanda energética y el riesgo de incendios.
La subida del nivel del mar se acelera, el deshielo de los glaciares europeos bate récords y los fenómenos meteorológicos extremos causan devastación, advierte en un informe preliminar la Organización Meteorológica Mundial, presentado en la apertura de la COP27 que se ha inaugurado en Egipto.