Las profundidades oceánicas siguen albergando seres desconocidos para la ciencia. Una exploración debajo del lecho del mar en los respiraderos hidrotermales de la Dorsal del Pacífico Oriental ha revelado los complejos hábitats de las profundidades, donde viven gusanos y bivalvos gigantes.
Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Granada ha permitido identificar una nueva traza fósil de estos animales en sedimentos marinos del Mioceno. Estos organismos, similares al gusano bobbit, medían unos dos metros de largo y tres centímetros de diámetro.
A principios de los 90, Cynthia Kenyon revolucionó la investigación al descubrir que mutaciones genéticas en un minúsculo gusano duplicaban la duración de su vida. Hoy Kenyon es referente mundial en longevidad y forma parte de Calico, la compañía de Google que estudia el envejecimiento. La científica confía en que sus hallazgos ayuden a ralentizar enfermedades como el alzhéimer.
Un saltamontes con forma de hoja que se mimetiza con el entorno, una araña cuyo cuerpo recuerda al sombrero de un mago, ciempiés que corren bajo el fondo del mar como si lo hiciesen en tierra firme, plantas que ‘sangran’ y orquídeas que parecen la cabeza de un diablo. Todas forman parte del Top Ten de nuevas especies descubiertas en 2016 elaborado, como cada año desde hace una década, por el International Institute of Species Exploration con la intención de concienciar sobre la importancia que tiene conocer y clasificar la biodiversidad.
El análisis de los sedimentos de la Formación Xiamaling (China) ha revelado que hace 1.390 millones de años los niveles de oxígeno atmosférico alcanzaban algo más del 3,8%, suficiente para permitir la respiración de los primeros seres vivos. / Shuichang Zhang
Muchas personas heredan mutaciones causantes de enfermedades, aunque nunca las desarrollan. Se conocen variables que influyen en este fenómeno, pero no se sabe qué papel juega el azar. En un trabajo publicado en Science, investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) han demostrado en gusanos que la expresión azarosa de proteínas que protegen contra el estrés predice si un individuo desarrollará una enfermedad. Si este hallazgo fuese extrapolable a humanos, podría dar lugar a tratamientos médicos.
Un ejemplar de Halicephalobus mephisto.
C. elegans, un gusano microscópico que los biólogos han usado en laboratorio para identificar fenómenos biológicos, sufre de forma natural de infecciones virales.
Un equipo internacional liderado por investigadores españoles ha descubierto dos nuevas especies microscópicas en áreas naturales del país asiático. Los dos gusanos, que pertenecen al grupo animal conocido como nematodos, han recibido el nombre de Crassolabium aenigmaticum y Crassolabium vietnamense. Ambos animales sorprenden por tener rasgos inusuales e intrigantes cuando se comparan con especies de su mismo género.
Los dos gusanos de menos de dos milímetros de longitud habitan los bosques tropicales de Vietnam.