Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas revela que las plantas obtienen agua de la estructura cristalina del yeso en periodos de sequía. El conocimiento de este mecanismo puede contribuir a crear métodos para la reforestación, cultivo de zonas áridas o en la búsqueda de vida en ambientes extremos, como otros planetas.
¿Existe el desierto perfecto, un lugar en el que no sea posible ningún tipo de vida? Carlos Pedrós-Alió, investigador en el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (CSIC), lo busca desde hace años. Hasta ahora todas las investigaciones apuntan a que en la Tierra no, pero en esa búsqueda ha ido descubriendo un sinfín de microorganismos extremófilos, capaces de vivir en unas condiciones en las que casi ningún ser vivo podría hacerlo. En su libro La vida al límite habla de estos seres, y también de gastronomía, arte y espiritualidad.
El geólogo y matemático Raúl Merinero describe cómo un estudio detallado sobre minerales de hierro (pirita y óxidos de hierro) ha permitido establecer las condiciones ambientales bajo las cuales se desarrolla la vida en el interior de sedimentos ricos en metano del fondo marino del Golfo de Cádiz, un hábitat en principio inhóspito para la actividad biológica.
La Red Nacional de Microorganismos Extremófilos ha celebrado la IX Reunión de la Red Nacional de Microorganismos Extremófilos del 1 al 3 de octubre pasados en Alcúdia, Mallorca, con el fin de intercambiar experiencias, promover la discusión científica y establecer nuevas redes para futuras investigaciones.