Las mujeres y los hombres que investigan en España perciben de manera muy distinta la desigualdad de género en su entorno laboral. Así, mientras que el 46 % de las investigadoras opina que ser mujer afecta negativamente a su carrera, tan solo el 10 % de sus compañeros cree que esto supone una desventaja, según un informe dado a conocer hoy en Madrid.
Un estudio de la Universidad Pompeu Fabra ha analizado los factores que infuyen en la infrarrepresentación de las mujeres en los cargos políticos ejecutivos. La investigación pone de relieve que este desequilibrio no se deriva de cualidades tangibles como el mérito. Además, indica que cuando ellas compiten por el liderazgo de su partido tienen que vencer a sus rivales masculinos por un amplio margen de votos, es decir, deben ser líderes indiscutibles. En diciembre de 2017 solo había trece mujeres al frente de su país.
Como cada mes de diciembre, la revista Nature ha anunciado las que considera las diez personalidades científicas más relevantes del año. La lista recorre los hitos de la investigación en 2018, que incluyen el descubrimiento sobre la superconductividad del grafeno y el controvertido estudio de una probable descendencia denisovano-neandertal. También se ha destacado el esfuerzo por la inclusión de mujeres y otros grupos infravalorados en la ciencia.
“El periodismo es un oficio de hermanas mayores que han ido abriendo las puertas para las que llegaron detrás”, explica Inés García Albi, autora del libro Nosotras que contamos. En épocas de ebullición informativa, como la Segunda República y la Transición, las mujeres demostraron que podían contar lo que estaba ocurriendo tan bien como los hombres. Las periodistas españolas que reivindican hoy la igualdad en el trabajo siguen los pasos de aquellas pioneras del oficio. Para ello han aprovechado una formación superior a la de sus compañeros y una capacidad de innovar y crear géneros nuevos.
El 95% de las madres españolas dedica parte de su día a los hijos frente al 68% de los padres. Recientes estudios asocian esta desigualdad en las tareas familiares con las diferencias en los salarios y la promoción profesional. Corresponsabilidad y permisos intransferibles son algunas de las soluciones a un problema que algunos todavía tratan de justificar por cuestiones biológicas.
La precariedad en los medios se ceba con las periodistas: entre los miembros de las redacciones con estudios universitarios que cobran menos de 1.000 euros, el 85% son mujeres. Además, los hombres ostentan tres cuartas partes de los cargos de máxima responsabilidad gerencial y dos tercios de los puestos de toma de decisiones sobre los contenidos. Un estudio internacional con participación de investigadores españoles muestra datos sobre esta brecha de género.
Un grupo de 80 mujeres parten la semana que viene hacia el continente antártico. Con este periplo culmina el trabajo realizado en 2017 por las componentes del proyecto Homeward Bound, que afronta dos desafíos: impulsar el liderazgo femenino y promover medidas contra el cambio climático. El grupo español, compuesto por cuatro científicas, ha visitado Madrid antes de viajar al continente helado.
De cada seis nombres que aparecen en los medios de Estados Unidos, cinco son masculinos. Al analizar las noticias de cientos de cabeceras con técnicas de big data, sociólogas norteamericanas han revelado este desequilibrio informativo, que es más patente cuando se habla de políticos, directivos, portavoces y expertos. El techo de papel, reflejo del techo de cristal que impide a las féminas llegar a puestos de poder, invisibiliza a la mitad del mundo.