La desaparición de los dinosaurios provocó una gran diversificación de mamíferos y aves tras el evento de extinción masiva, pero no fueron los únicos. Las serpientes, protagonistas del #Cienciaalobestia, también vivieron una explosión evolutiva que les hizo pasar de simples insectívoras a las casi 4.000 especies de dieta variada que existen en la actualidad.
Los cultivos de palma aceitera que fragmentan las selvas en la isla de Borneo ofrecen alimento en abundancia a los varanos acuáticos, protagonistas del #Cienciaalobestia. Pero, en realidad, estos reptiles dependen de la protección que les proporciona el bosque natural que ha quedado seccionado para sobrevivir.
El borrador que se presentó este jueves a información pública comprende varias medidas como la realización de cursos de formación para dueños, que fomenten el cuidado responsable de las mascotas; el establecimiento de un tiempo límite, de 24 horas en el caso de los perros, sin supervisión; la restricción del sacrifico, salvo por razones sanitarias; y el establecimiento de multas de hasta 600.000 euros, entre otros.
Una revisión bibliográfica internacional, liderada por la Universidad Complutense de Madrid, concluye que los trabajos publicados sobre el impacto de las calzadas en animales se hicieron tan solo sobre el 2 % de las especies amenazadas. La investigación en países en vías de desarrollo también es escasa.
Aunque la señal pueda degradarse por la distancia, los sonidos que emiten estos grandes simios, protagonistas del #Cienciaalobestia, se desplazan a través de los árboles y mantienen intacto el contenido. El estudio contradice así una antigua teoría sobre la evolución del habla humana y arroja nuevas pistas.
La caída de las coladas al mar en La Palma ha impactado sobre todo a los organismos que viven fijos en el fondo oceánico, mientras que los peces evitan la zona. Los expertos esperan que la catástrofe tenga efectos localizados y de menor impacto que la erupción submarina que tuvo lugar en El Hierro en el año 2011.
Al menos 165 especies de virus transmitidos por animales pueden infectar a humanos, pero este número podría estar infravalorado. Investigadores de la Universidad de Glasgow proponen usar la inteligencia artificial para analizar los genomas virales y predecir, desde el momento de su descubrimiento, aquellos patógenos con mayor riesgo de provocar patologías zoonóticas en humanos.
Tras analizar datos individuales de elefantes recogidos durante décadas, dos estudios paralelos muestran los efectos negativos que la caza ilegal genera en estos grandes mamíferos, protagonistas de #Cienciaalobestia. Los que han quedado huérfanos tienen menos opciones de supervivencia, incluso después del periodo de lactancia, y sin ellos las poblaciones disminuyen.
A pesar de estar confinado en un área limitada con pocos recursos y un hábitat degradado por el ser humano, el zorro de la isla de San Nicolás, frente a las costas de California, no se encuentra al borde del abismo. Pero a largo plazo el cambio climático podría aumentar sustancialmente el riesgo de extinción de este pequeño cánido, protagonista del #Cienciaalobestia.
Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid ha elaborado dos índices según la variedad y la singularidad de murciélagos a partir de modelos de distribución de especies registradas. Las zonas con los índices más altos —el Parque Nacional y su periferia— coinciden con las áreas protegidas