Estos cultivos celulares tridimensionales ayudan a los investigadores a comprender los procesos biológicos en la salud y la enfermedad. Sin embargo, es difícil influir en la manera en que se organizan en tejidos complejos. Ahora, un grupo liderado por científicos alemanes ha encontrado una nueva forma de hacerlo. Su trabajo se publica en Nature Methods.
Ingenieros del MIT han desarrollado un tipo de sutura que puede contener sensores, medicamentos o células que liberen moléculas terapéuticas. El equipo se ha inspirado en una antigua técnica romana que usa tejido animal, forma nudos fuertes en el cosido y se disuelve naturalmente en 90 días. Podrá ser especialmente beneficiosos para pacientes operados del intestino y en otras cirugías.
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid han desarrollado un prototipo de mascarilla que lleva un sensor incorporado y que es capaz de distinguir diferentes estados de respiración. La información que recoge se transmite de forma remota y en tiempo real.
Investigadores de los institutos ICFO e IrsiCaixa han desarrollado un sensor que, con la ayuda de la luz, puede descubrir en la saliva concentraciones muy bajas de SARS-CoV-2. Ofrece gran sensibilidad y especificidad, como una PCR, pero de una forma tan rápida como los test de antígenos.
Científicos españoles y británicos han logrado inyectar diminutos sensores, más finos que un coronavirus y con una forma que recuerda a los paneles solares de la estación espacial internacional, dentro de óvulos vivos. La manera en que se doblan estos chips permite medir las fuerzas que se generan desde que entra el espermatozoide hasta que el embrión se divide en dos células.
Un equipo de investigación internacional liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha desarrollado el primer armario inteligente capaz de medir la memoria de una persona. Utilizando sensores magnéticos en sus puertas, el mueble detectaría desde esas pequeñas pérdidas habituales hasta la evolución de un paciente con alzhéimer.
A partir de una mezcla de polímero orgánico flexible con otro luminiscente, investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid han diseñado un material compuesto de espesor nanométrico más resistente, flexible e inteligente que otros actuales. El hallazgo permitirá crear nuevos sensores de presión y temperatura con aplicaciones industriales.
El suero lácteo, un subproducto obtenido en la elaboración de queso, a menudo se vierte a ríos, lagos o embalses e impacta negativamente en el medio ambiente. Utilizando una impresora 3D, investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han desarrollado un sensor portátil que detecta in situ sus concentraciones en las aguas, sin necesidad de trasladar las muestras al laboratorio.
Investigadores de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona han desarrollado un sensor que capta su energía a partir de la tecnología de comunicación de campo cercanodel móvil. La primera aplicación ha sido un dispositivo sin batería que mide la temperatura, la humedad y el contenido de agua de la tierra.
Investigadores argentinos y de la Universidad Jaume I de Castellón han desarrollado sensores electrónicos que detectan cuando se superan las concentraciones de monóxido de carbono, gas natural o gas envasado por encima del nivel de riesgo, momento en el que se corta el suministro. El estudio ha servido de referencia para un proyecto de ley en Argentina sobre instalación de sensores de gases tóxicos y explosivos en los espacios públicos.