Las investigaciones efectuadas hasta ahora habían constatado que la Cova de les Teixoneres, ubicada en Moià (Barcelona), durante el Paleolítico medio había sido ocupada por neandertales y por grandes carnívoros. Dos nuevos estudios que se acaban de hacer públicos aportan más información sobre estas dinámicas ocupacionales de la cueva y, lo más importante, amplían el espectro de la fauna que hizo uso de la misma.
Los rostros de las personas son muy diferentes entre sí, mucho más que los de de la mayoría de los animales. Esta diversidad es el resultado de la presión evolutiva para que cada individuo sea fácilmente reconocible dentro de un grupo complejo y evitar así el caos social, según un estudio de la Universidad de California en Berkeley (EE UU).
Hace unos 58.000 años las poblaciones neandertales que vivieron en el Abric Romaní, en Capellades (Barcelona), un yacimiento clave para el estudio de esta especie, dejaron miles de vestigios arqueológicos durante sus estancias. Así se ha constatado durante la campaña de excavación que se ha efectuado este mes y que finaliza el día 24, dirigida por el arqueólogo Eudald Carbonell, director del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social. Los resultados obtenidos avalan la capacidad de organización que tenían aquellas comunidades prehistóricas.
La alta precisión de la datación de los restos procedentes de 40 yacimientos arqueológicos, situados en países como Rusia y España, señala que la desaparición de los neandertales de Europa tuvo lugar hace unos 40.000 años. Esto implicaría que neandertales y humanos modernos convivieron en estos territorios durante más de 2.000 años.
Un estudio realizado a partir de restos fósiles encontrados en una cueva gibraltareña concluye que los neandertales cazaban palomas de forma habitual como parte de su dieta. Hasta ahora, la explotación sistemática de aves estaba considerada una práctica exclusiva de la conducta humana moderna.
El arqueólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana Joseba Rios-Garaizar publica en la revista Quaternary International un trabajo sobre la complejidad de las actividades productivas de los grupos neandertales a finales del Paleolítico Medio.
Vista del yacimiento arqueológico El Salt. / Ainara Sistiaga.
Frente a la idea de que los neandertales eran seres altamente carnívoros, un nuevo estudio publicado en la revista PlosOne sugiere que consumían una cantidad significativa de vegetales. En el estudio, liderado por Ainara Sistiaga de la Universidad de La Laguna y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, se han analizado restos fecales de hace 50.000 años procedentes del yacimiento de El Salt en Alicante.
La diversidad genética de los neandertales era menor que la de los humanos actuales. Esta es una de las conclusiones principales a las que ha llegado un estudio en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y que ha sido publicado en el último número de la revista PNAS.