Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y del hospital Instituto Guttmann han creado una nueva metodología de evaluación motora de pacientes con daño cerebral adquirido que mejora los modelos actuales de neurorrehabilitación. Los métodos propuestos pueden aumentar la precisión y sensibilidad del diagnóstico y lograr una rehabilitación física más personalizada.
Científicos de Navarra han desvelado que la administración de la proteína MMP-10 tras un ictus reduce el daño cerebral en personas con diabetes sin producir complicaciones hemorrágicas. En estos pacientes el riesgo de hemorragias es mucho mayor y sus trombos son más resistentes.
Un equipo internacional con participación española ha encontrado un mecanismo celular desconocido hasta ahora y que puede influir en episodios agudos, como los ictus y los infartos de miocardio, y en el cáncer. Los científicos han descubierto cómo las células son capaces de protegerse para ganar tiempo y sobrevivir cuando su respiración se ve comprometida.
Científicos españoles han identificado la enzima mPGES-1 como un nuevo mediador implicado en el daño vascular asociado a la hipertensión arterial. Los resultados demuestran que la eliminación de esta enzima en modelos animales evita el daño vascular producido por dicha elevación de los niveles de presión arterial.
El ictus isquémico provoca 40.000 muertes al año en España, y es la primera causa de muerte de las mujeres en nuestro país. Con el objetivo de mejorar los tratamientos ya existentes, una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid ha desarrollado una terapia para reducir la inflamación cerebral a partir de una molécula inmunomoduladora, que está a punto de entrar en las fases de ensayos clínicos.
Investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas, en Barcelona, han desarrollado un dispositivo óptico portátil que permite monitorizar en tiempo real la evolución del accidente cerebrovascular, emitiendo una luz infrarroja no invasiva al cerebro del paciente para valorar sus niveles de oxígeno y flujo sanguíneo. De esta forma el médico determina de forma inmediata la eficacia de los tratamientos en los momentos más críticos.
La contaminación de los motores diésel tiene una relación directa con el riesgo de sufrir un ictus aterotrombótico, el tercer tipo más frecuente de accidente cerebrovascular. Así lo revela un estudio que ha analizado en Barcelona datos de casi 3.000 pacientes atendidos en el Hospital del Mar por un ictus entre los años 2005 y 2014.
Una investigación conjunta del centro de investigación vasco BCBL y el Imperial College de Londres revela que, tras un infarto cerebral, las lesiones en áreas que controlan la atención también causan problemas de motricidad. Los autores proponen complementar la fisioterapia con otro tipo de entrenamiento cognitivo, como los videojuegos.
Dos nuevos estudios revelan que los tratamiento antitrombóticos incrementan la mortalidad en las primeras horas después de sufrir una hemorragia cerebral. Los investigadores recomiendan no prescribir antiagregantes a pacientes sin indicaciones claras, y, especialmente, en pacientes con fibrilación auricular por el riesgo de complicaciones graves.
El lupus y la artritis reumatoide son las enfermedades que tienen asociado un mayor riesgo cardiovascular y de mortalidad general, seguido de las patologías inflamatorias del intestino, como Crohn y la colitis ulcerosa. Así concluye un estudio, publicado este mes en la revista Heart, tras analizar a casi un millón de personas durante un período de seis años.