Investigadores españoles han demostrado que la paja reduce de forma significativa las pérdidas por erosión del suelo quemado y que es más eficaz que otras técnicas utilizadas como la siembra de herbáceas. La superficie arrasada por incendios de alta intensidad no se recupera de manera natural.
Juli G. Pausas centra sus investigaciones en algo aparentemente contradictorio: la ecología del fuego. En su libro Incendios forestales, publicado por la Editorial CSIC y Los Libros de la Catarata, este biólogo del Centro de Investigaciones sobre Desertificación de Valencia ofrece una visión diferente sobre el papel del fuego en los ecosistemas mediterráneos.
Fuego experimental del proyecto FireSmart en Fort Providence, Canadá. Foto: S. Doerr y C. Santín
Momentos posteriores a uno de los fuegos experimentales del proyecto FireSmart en Fort Providence, Canadá. Foto: S. Doerr y C. Santín
Empezó investigando los suelos y sedimentos en marismas, pero el impacto de los incendios que observó en su tierra natal decidió la orientación actual de su trabajo. Cristina Santín Nuño (El Bierzo, 1981) trabaja en la Universidad de Swansea (Reino Unido), en el grupo que lidera uno de los principales expertos a nivel mundial en los efectos de los incendios sobre el suelo, Stefan Doerr. Cuando contactamos con ella, estaba en plenos preparativos para acudir a su cita con un incendio en Canadá. Pero antes ha tenido tiempo para responder esta entrevista.
Un equipo con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha diseñado un nuevo sistema capaz de detectar y localizar incendios de forma temprana y con una tecnología de bajo coste. La red de vigilancia, denominada Wi-FLIP, está basada en una serie de chips o sensores de visión inteligente capaces de analizar los cambios en la intensidad luminosa y de distinguir el humo de otros fenómenos del paisaje.
Investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) han estudiado en qué medida las plantas exóticas invasoras se ven favorecidas por el fuego en regiones mediterráneas. Sus resultados indican que la propagación de muchas gramíneas y algunos árboles aumenta con los incendios y, a su vez, incrementan la frecuencia de dichos fenómenos, como ocurre con los eucaliptos en Portugal y Galicia.
Una empresa de León ha creado una tecnología que permite controlar y prever la evolución de los fuegos forestales, así como sus riesgos para la población e infraestructuras como las líneas eléctricas. Algoritmos matemáticos e imágenes por satélite están detrás del avance.
La revista Quaternary International ha publicado un número especial sobre los neandertales que tiene como eje central los datos obtenidos en el Abric Romaní (Capellades, Barcelona). El estudio de estas sociedades no puede entenderse sin el proyecto de investigación que el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social desarrolla en este yacimiento, cuyos trabajos dirige el arqueólogo Eudald Carbonell desde hace más de 30 años.
Investigadores del Centro Forestal Lourizán de Pontevedra y de la Universidad de Vigo han estudiado la probabilidad de supervivencia del pino resinero (Pinus pinaster) en la Península Ibérica tras un incendio. Esta especie, de alto valor ecológico y económico, presenta diferentes ecotipos –variedades genéticas– según la región y es una de las más afectadas por el fuego debido a la extensión que ocupa en la Península. Los investigadores examinaron más de 3.000 árboles afectados por las llamas en Galicia, Andalucía y las dos Castillas.