Recreación artística de una mujer neandertal y un oso de las cavernas. / José Antonio Peñas (Sinc)
El análisis de los restos de un yacimiento de Girona ha desvelado que sus antiguos habitantes utilizaban hongos como yesca para encender o transportar el fuego hace 7.300 años. El hallazgo supone una de las evidencias más antiguas del uso tecnológico de estos organismos. La investigación también ha permitido documentar seis especies de hongos y contabilizar un total de hasta 86 restos, algunos de ellos completos.
De todas las regiones de la fachada atlántica, solo en Galicia y norte de Portugal los fuegos son un problema muy grave que irá a más. En los últimos días se ha hablado de incendiarios, terrorismo ambiental y cambio climático; pero esas explicaciones pueden resultar simplistas. Biólogos que llevan décadas estudiando los incendios del norte peninsular identifican las verdaderas razones de esta oleada.
Los grupos de neandertales que hace sobre 60.000 años ocuparon el nivel Q del yacimiento de Abric Romaní (Capellades, Barcelona) dejaron importantes testimonios de sus actividades cotidianas. Así se demuestra con los trabajos de excavación que el Institut Català de Paleoecología Humana i Evolució Social ha desarrollado desde el pasado 8 de agosto.
Las áreas quemadas han disminuido un 24% durante los últimos 18 años en todo el mundo. Así lo revela un nuevo estudio que indica que la reducción del número de fuegos beneficiosos para los ecosistemas se debe al aumento de las actividades agrícolas. Esta situación impide la regeneración y proliferación de nuevas especies en espacios naturales, a la vez que incrementa el almacenamiento mundial de gases.
Un grupo internacional de investigadores descubre en las profundidades de la cueva francesa de Bruniquel hasta 400 estalagmitas colocadas de forma intencionada en un círculo por los neandertales hace unos 176.000 años. Junto a esta composición, se hallaron restos de fuego que prueban que estos homínidos dominaban la técnica antes de la llegada del hombre moderno hace 40.000 años. Sin embargo, aún se desconoce el uso que los neandertales le dieron a estas enigmáticas estructuras.
Las primeras evidencias de impacto humano en el paisaje de los Picos de Europa datan de al menos 4.900 años. La existencia de abundantes partículas de carbón en los sedimentos de esta época revela la presencia de hombres que utilizaban el fuego para fomentar la extensión de los pastizales. Así lo revelan dos estudios internacionales liderados por la Universidad de Oviedo que han analizado la evolución ambiental y climática del macizo occidental durante los últimos milenios.
La clasificación precisa del nivel de afectación por el fuego tras un incendio es fundamental para planificar la restauración de las zonas afectadas. Investigadores de Castilla y León han estudiado la mejora de los métodos de teledetección habitualmente utilizados para evaluar su gravedad y han diseñado nuevas versiones mejoradas de los índices que se emplean hasta ahora.
Una investigación sobre el uso del fuego como herramienta de gestión forestal apunta la efectividad de las controvertidas quemas prescritas a largo plazo sin comprometer la salud de los bosques. El análisis de esta práctica puede ayudar a los gestores forestales en la toma de decisiones.