Los tratados de protección planetaria impiden que vehículos como el Curiosity se acerquen a regiones especiales de Marte donde se podrían reproducir microorganismos ‘polizones’ terrestres o incluso existir vida marciana. Científicos del Centro de Astrobiología plantean la necesidad de buscarla antes de que los seres humanos puedan llegar a contaminar el planeta rojo.
Esta semana se estrena en España la película Life, donde tripulantes de la Estación Espacial Internacional descubren el primer organismo extraterrestre en una muestra de material marciano, con consecuencias fatales. Fuera de la ficción, la NASA y otras agencias espaciales también están debatiendo la mejor forma de traer material del planeta rojo, y parece que es mucho más razonable y seguro analizarlo en los laboratorios de la Tierra.
Mientras progresan las investigaciones sobre el fallo del ‘aterrizador’ Schiaparelli de ExoMars, el otro gran protagonista de la misión, el orbitador TGO, ya ha demostrado el potencial de sus instrumentos para ofrecer nueva información sobre el planeta rojo. Entre ellos figura la cámara CaSSIS, que ha presentado fotografías inéditas de la superficie marciana.
Mientras llega la explicación oficial de lo que falló durante el aterrizaje del módulo europeo Schiaparelli, que la semana pasada se estrelló en el suelo marciano, el satélite MRO de la NASA ha enviado una nueva fotografía del escenario del accidente. En ella se observan tres elementos: el escudo térmico frontal de la nave, el conjunto formado por el paracaídas y el escudo térmico posterior, y los restos esparcidos alrededor de un cráter de medio metro junto a un misterioso arco oscuro.
La Agencia Espacial Europea ha confirmado que el módulo de aterrizaje de la misión Exomars se estrelló contra el planeta rojo a una velocidad mayor de la prevista y probablemente explotó. El satélite MRO de la NASA ha fotografiado en la superficie marciana dos nuevos puntos, uno blanco y otro negro, que se piensa corresponden, respectivamente, a los restos del paracaídas y la nave estrellada.
En el programa ExoMars, España contribuye con un 6,7% de su presupuesto total, que ronda los 1.500 millones de euros. Empresas y centros de investigación han trabajado tanto en el módulo Schiaparelli como en el orbitador de gases traza (TGO) de la misión 2016, y algunas de ellas también estarán presentes en la de 2020, en la que se llevará un rover a la superficie marciana.
Todo parecía ir bien durante el aterrizaje del módulo Schiaparelli este miércoles en Marte, pero 50 segundos antes de tocar el suelo marciano algo falló. La Agencia Espacial Europea perdió la señal de la que podría haber sido su primera nave en el planeta rojo. Los técnicos de la misión ExoMars 2016 se afanan ahora en descubrir lo que ha ocurrido. Para ello cuentan con el otro miembro de la misión: el satélite TGO, que se ha insertado con éxito en la órbita de Marte.
La Agencia Espacial Europea explicará hoy lo ocurrido con el módulo Schiaparelli, que se supone aterrizó ayer en Marte, aunque sus señales no han llegado a la Tierra. Se teme por el destino de esta nave de la misión ExoMars 2016, que también incluye el satélite TGO, insertado con éxito en la órbita del planeta rojo.
El módulo Schiaparelli se ha separado este domingo del satélite de la misión ExoMars, con la que la Agencia Espacial Europea y la rusa Roscosmos investigarán el entorno de Marte y pondrán a prueba diversas tecnologías de descenso. Schiaparelli aterrizará el próximo miércoles, con una cámara que registrará cómo se aproxima a la superficie de planeta rojo.