Este lunes la Agencia Espacial Europea y la rusa Roscosmos han lanzado Exomars 2016, una misión con dos protagonistas: el orbitador TGO que analizará los gases de la atmósfera marciana para buscar signos de actividad biológica o geológica, y el demostrador tecnológico Schiaparelli, que aterrizará con paracaídas en el planeta rojo. La misión continuará a partir de 2018 con el envío de un rover a la superficie marciana.
El próximo lunes 14 de marzo la Agencia Espacial Europea y la agencia rusa Roscosmos lanzarán ExoMars, una misión destinada al estudio de la atmósfera y el subsuelo del planeta rojo y, en concreto, a la búsqueda de gases con posible importancia biológica. El Instituto de Astrofísica de Andalucía ha diseñado parte del instrumento NOMAD, una pieza clave del obitador para analizar el metano, un gas que en la Tierra producen sobre todo los seres vivos.
Las dos primeras naves de la misión ExoMars, un orbitador y un demostrador de aterrizaje, viajarán en diciembre desde Francia al cosmódromo de Baikonur (Kazakistán) para preparar su lanzamiento el próximo mes de marzo rumbo a Marte. Después, en 2018, también se enviará un vehículo de exploración y una plataforma con instrumentación científica para buscar vida en el planeta rojo.
Siete instituciones científicas europeas, coordinadas por el Instituto de Astrofísica de Andalucía, desarrollarán técnicas de análisis para explotar la misión Mars Express y la futura ExoMars durante tres años. En este proyecto, denominado UPWARDS y financiado por la Comisión Europea con más de dos millones de euros, los investigadores abordarán cuestiones aún no resueltas como el ciclo del agua en Marte, el origen del gas metano de su atmósfera o la variabilidad de las tormentas de polvo, entre otras.
Lugares seleccionados para el aterrizaje de ExoMars. / ESA