Un estudio de centíficos españoles revela que, cuando no hay comida, las moscas de la fruta que carecen de la molécula p53 gestionan peor las reservas de energía. El trabajo refuerza las implicaciones en metabolismo de esta molécula que se ha asociado a supresión de tumores y ofrece nuevas pistas para estudiar la función de esta mólecula en desórdenes como la diabetes y la obesidad.
Tres estudios complementarios explican cómo la Drosophila hembra integra las señales externas de los machos y la información sobre su estado interno al tomar una decisión para responder al cortejo de un pretendiente. El proceso está controlado por al menos tres grupos de neuronas.
Los cerebros de los animales no pueden controlar los ritmos biológicos si sus relojes internos están desfasados. Por suerte, una red muy estable de neuronas reloj garantiza su sincronía. Un nuevo estudio con moscas de la fruta muestra que este ritmo se rige por muchos cronómetros independientes y no uno solo, como se creía.
Investigadores del IRB Barcelona han descubierto en Drosophila melanogaster que en migraciones celulares múltiples una única célula puede ejercer de líder y es suficiente para arrastrar al resto. Los resultados se publican en el Journal of Cell Science.
La persistencia de los machos durante la cópula responde a impulsos cerebrales que determinan el momento idóneo en el que deben terminar. Un estudio en Drosophila ha localizado este circuito neuronal. Su autora asegura que debe existir un temporizador similar en humanos.
Investigadores del Centro de Regulación Genómica en Barcelona, con la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, han diseñado modelos matemáticos que permiten la comprensión de conceptos básicos en sistemas genéticos y metabólicos. Asimismo, también permitirán optimizar la producción de fármacos y otros productos biotecnológicos. El trabajo, publicado en la revista científica PLoS Computational Biology, forma parte del proyecto europeo BioPreDyn que intenta desarrollar modelos computacionales para analizar redes biológicas a escala múltiple.
Un equipo del IRB ha identificado en la mosca Drosophila una proteína esencial para la viabilidad de los embriones durante las primeras divisiones celulares. Esta proteína, denominada dBigH1, que es una variante de la histona 1, podría estar relacionada también con problemas de fertilidad.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona han estudiado por primera vez el efecto de una ola de calor sobre la composición genética de una especie. Los científicos vienen monitorizando la evolución de la mosca Drosophila subobscura desde hace 37 años,y han observado cómo la ola de calor de la primavera de 2011 causó una dramática alteración en la composición genética de las poblaciones de este organismo, debido a una rápida proliferación de genotipos más tolerantes a las altas temperaturas .
Al llegar a la Royal Society de Londres hay cola en la entrada para asistir al inicio de los seminarios organizados por la Fundación Príncipe de Asturias. Esta semana se ha hecho realidad una relación que se pactó en 2011 cuando los premios españoles más prestigiosos de las artes, las ciencias y las letras galardonaron a la centenaria institución. Ginés Morata, el primer científico español en intervenir en este programa, relata cómo ve el futuro de la ciencia en España. Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación, cuenta el porqué de esta colaboración.
Al igual que el ser humano, otros animales también utilizan sustancias farmacológicas –como plantas medicinales– para prevenir y curar enfermedades parasitarias, con consecuencias para la evolución del huésped y el parásito. Conocer estas conductas puede ser útil para diseñar medicamentos y evitar pérdidas económicas, por ejemplo, en la industria apícola.