Gracias al trabajo de más de 45 doctores, 11 de ellos catedráticos, y más de 30 licenciados, en la memoria de 2007 se contabilizó la participación del IUMA en más de 60 proyectos públicos y privados de ámbito regional, nacional y europeo, unos 90 artículos publicados, 14 libros y el registro de dos patentes, además de la participación y organización de congresos y seminarios. Director desde hace año y medio, Cazorla es catedrático del Departamento de Química Inorgánica e investigador del grupo de Materiales Carbonosos y Medio Ambiente. Trabaja en temas de tanto interés como la eliminación de contaminantes, la captura de CO2 o el almacenamiento de energía.
En el futuro, el cambio climático traerá consigo un aumento de las superficies salinas de la Tierra y un incremento de la concentración de CO2 en la atmósfera. Sin embargo, el elevado CO2 tiene efectos positivos sobre la fisiología de las plantas de cebada e incrementa su tolerancia a la salinidad. Así se desprende de la tesis doctoral que Usue Pérez-López ha presentado en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Carlos Duarte ha participado en un estudio internacional liderado por la Universidad de Iowa (EE UU) que ha descubierto que los estanques o balsas agrícolas en todo el planeta retienen tanto CO2 como los océanos, y, junto a los lagos, de 20 a 50 veces más cantidad de dióxido de carbono por metro cuadrado que la que captan los bosques.
Con el objetivo de reducir el consumo de combustible de los camiones y disminuir las emisiones de CO² hasta en un 15%, científicos de la Universidad Técnica de Delft (Países Bajos) han desarrollado, basándose en modelos matemáticos y en ensayos en el túnel de viento, un remolque para camión con un diseño aerodinámico mejorado con faldones laterales.
Elena Colmenero, ayudante del departamento de Geología de la Universidad de Salamanca, ha participado en una investigación que ha publicado la revista Science acerca de cómo afecta el dióxido de carbono (CO2) a un tipo de algas microscópicas denominadas cocolitóforos. El novedoso estudio, de la Universidad de Oxford y el Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido, indica que con un aumento de CO2 se incrementa a su vez la calcificación de la cubierta exterior de estas algas, al contrario de lo que ocurre con los corales, que tienden a desaparecer.
Las estimaciones de reducción de emisiones de CO2 son demasiado optimistas
En estos ecosistemas, el balance de CO2 no está solo vinculado a la vegetación, sino también al índice de humedad y emisiones de origen geoquímico que se acentúan en períodos de sequía.El estudio puede ser relevante para las negociaciones de emisión de gases de efecto invernadero y para la conservación de la biodiversidad. Resultados de esta línea de investigación han sido publicados en las revistas internacionales Photosynthetica y Agricultural and Forest Meteorology.
En Asturias las emisiones de CO2 han aumentado en los últimos años, y ya han rebasado la barrera del 15% del total de todo el país, según investigadores del Grupo de Subsuelo y Medio Ambiente de la Universidad de Oviedo. Frente a esta situación, existen diversos frentes y enfoques para luchar contra los gases que producen el efecto invernadero. Y uno de ellos es el almacenamiento geológico de CO2.
La organización ecologista WWF/Adena señala en el número 19 del Observatorio de la Electricidad que el aumento del consumo eléctrico (un 7% mayor), junto al efecto de la sequía, ha traído como consecuencia que las emisiones de CO2 aumenten un 18% respecto a febrero del año pasado.