El ojo dorado del telescopio espacial James Webb ha mostrado el universo con un detalle sin precedentes. Su puesta en marcha encabeza este año el ranking de los hitos científicos, entre los que también figuran el descubrimiento de la bacteria más grande del mundo, el desvío de un asteroide, ADN con dos millones de años de antigüedad, avances frente a los virus y la creatividad en la inteligencia artificial.
El anterior registro era de un millón de años de antigüedad y se extrajo de un hueso de un mamut. Este nuevo hallazgo, recogido en sedimentos de la Edad de Hielo en el norte de Groenlandia, abre un nuevo capítulo en la historia de la evolución, según sus descubridores.
Los supervivientes de la pandemia que acabó con el 50 % de la población europea a finales de la década de 1340 tenían una variante genética que pasaron a su descendencia y que, aparte de proteger de la peste, acarrea un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes, según un estudio liderado por la Universidad de Chicago.
El investigador sueco Svante Pääbo ha sido galardonado con el Premio Nobel de Medicina 2022 por sus descubrimientos de los genomas de nuestros parientes extintos más cercanos, los neandertales y los denisovanos, y sobre la propia evolución de los humanos.
Un estudio liderado por la Universidad de Oviedo identifica las posibles claves genómicas de la inmortalidad de ‘Turritopsis dohrnii’ y los mecanismos generales que permiten su continuo rejuvenecimiento. El trabajo no persigue lograr estrategias para la inmortalidad humana, sino entender los mecanismos para dar respuesta a enfermedades asociadas al envejecimiento.
Una colección de fotos de 'falsos gemelos’, junto con un análisis de ADN, ha revelado que un fuerte parecido facial está asociado con variantes genéticas compartidas. El estudio está liderado por Manel Esteller, genetista de la Universidad de Barcelona.
La mayor pandemia de nuestra historia, la peste que asoló Europa en la Edad Media, comenzó sobre el año 1338 en el actual Kirguistán. Así lo revela un análisis de ADN antiguo extraído de personas que murieron por esta enfermedad, junto a los datos históricos y arqueológicos.
Un equipo internacional con participación española ha descubierto que una única mutación puntual en el gen TLR7 es la causante de esta enfermedad autoinmune. Para llegar a este hallazgo, los científicos realizaron la secuenciación del genoma completo del ADN de una española llamada Gabriela, a la que se le diagnosticó lupus grave cuando tenía siete años.
El análisis de ADN de más de 12.000 tumores ha permitido detectar patrones o ‘firmas mutacionales’, 58 de ellas nuevas, que revelan si un paciente ha podido estar expuesto en el pasado a causas ambientales como el tabaquismo o la luz ultravioleta, o si ha tenido disfunciones celulares internas. Estas huellas muestran el historial celular de los daños provocados por mutaciones genéticas.