Un estudio internacional con participación española demuestra que algunas personas seropositivas presentan variantes del virus del VIH resistentes a los fármacos antirretrovirales, lo que duplica el riesgo de fracaso del tratamiento. Estos virus no son detectables con los tests de resistencia que se realizan habitualmente.
Cada paciente seropositivo está infectado por miles de virus del VIH diferentes denominados ‘variantes virales’. Algunas variantes son más frecuentes que otras y en ocasiones, incorporan mutaciones que provocan resistencia a los fármacos.
La presencia de estas variantes minoritarias resistentes duplica el riesgo de fracaso del tratamiento antirretroviral. Ésta es la principal conclusión de una investigación liderada por la Universidad de Harvard y en la que participan expertos del Instituto de Investigación del Sida (IrsiCaixa).
El estudio, publicado en el Journal of the American Medical Association, sugiere que la presencia de estas variantes representa un riesgo similar al de no tomarse la medicación correctamente.
Antes de que un paciente empiece un tratamiento antirretroviral, se verifica que sus virus no sean resistentes a la medicación mediante los llamados ‘tests de resistencia’. Sin embargo, los tests habituales sólo detectan las variantes virales más frecuentes, es decir, aquellas que están presentes en más de un 15% o 20% de los virus que infectan a cada paciente.
Una vez comenzado el tratamiento, los especialistas se encuentran con que éste fracasa en algunos pacientes que, aparentemente, no tenían virus resistentes. El estudio publicado ahora demuestra que, en algunos casos, esto se debe a que las personas tienen virus resistentes minoritarios que no se detectan con los métodos habituales.
Esperanzas en el test en fase beta
La detección de estas variantes minoritarias, que no se podían detectar con los tests utilizados habitualmente, ha sido posible gracias a la aplicación de herramientas de secuenciación masiva de virus al diagnóstico clínico. Este método permite realizar tests de resistencias más precisos y mejorar así el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes.
Si estos tests de resistencia más sensibles se generalizasen, desde IrsiCaixa calculan que se podría evitar el fracaso del tratamiento en un 1 de cada 11 pacientes. El método, actualmente en fase beta, podría aplicarse a todos los pacientes seropositivos en un plazo de dos años, según estima el grupo de Epidemiología Molecular del Instituto.
Para realizar la investigación se analizaron muestras de 985 pacientes que, según los tests de resistencia habituales, no presentaban virus resistentes. Con los nuevos tests ultrasensibles se comprobó que un 14% de los pacientes que no tenían virus resistentes (aparentemente), tenían variantes minoritarias resistentes que no se habían detectado.
En el conjunto de pacientes sin resistencias de ningún tipo, el tratamiento fracasaba en un 15% de los casos, mientras que en los pacientes con variantes minoritarias el fracaso era del 35%.
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