Casi el total de muertes por paludismo en el mundo están causadas por Plasmodium falciparum, un parásito que muta constantemente para sobrevivir a los tratamientos. Investigadores de EE UU han desarrollado un nuevo compuesto que ha mostrado resultados exitosos en un modelo de ratón modificado para portar sangre humana, desarrollado en el Centro de I+D de GSK en Tres Cantos, Madrid.
Un estudio, que ha utilizado datos de las 11 ciudades más grandes de Cataluña durante 8 años, relaciona por primera vez la exposición a partículas contaminantes con un mayor uso de antimicrobianos. La razón: la polución irrita las vías respiratorias y provoca síntomas similares a los de una infección.
Un estudio experimental en ratones puede suponer un avance en la lucha contra la resistencia a estos medicamentos. El nuevo fármaco, llamado lolamicina, mata a los microbios infecciosos sin interferir en el microbioma del intestino durante el tratamiento y la recuperación.
Un estudio internacional con participación de la Universidad de las Illes Balears alerta que los plásticos degradados podrían ser los que alojan mayor abundancia de comunidades microbianas, ya que esos materiales envejecidos liberan más cantidad de compuestos orgánicos que los nuevos.
Un estudio de investigadores españoles apunta a combinar quimioterapia con fármacos que permiten inhibir dos vías de señalización celular implicadas en la progresión de los tumores. El trabajo ha analizado la interacción de la proteína IKKα con estas vías, en una búsqueda por reducir la toxicidad de las terapias.
Un equipo del Instituto de Biomedicina de Valencia (CSIC) y del Centro de Investigación Príncipe Felipe halla un mecanismo que usan las células para evadir la quimioterapia. El trabajo abre la puerta a incorporar combinaciones de fármacos para inhibir la quimiorresistencia.
Una investigación liderada por un equipo del Instituto Hospital del Mar de Barcelona ha determinado el papel de las células que contribuyen a la formación de los tejidos, los fibroblastos, en la capacidad de los tumores de generar resistencia al tratamiento biológico más habitual dirigido contra la proteína HER2.
Un equipo científico internacional ha descubierto, por primera vez, el mecanismo que permite que los antibióticos β-lactámicos produzcan la muerte de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina. Estos fármacos provocan la aparición de agujeros en la pared celular, que se agrandan durante la etapa de crecimiento hasta producir el colapso de esta y, como consecuencia, la muerte de la bacteria.
Investigadores españoles han utilizado bacterias modificadas genéticamente con la capacidad de producir enzimas que disuelven los biofilms, lo que supone un paso importante en el desarrollo de nuevos tratamientos contra las infecciones que afectan a los implantes médicos.
El uso masivo de antibióticos ha aumentado la resistencia antimicrobiana no solo en personas, sino también en la vida salvaje. Un estudio rastrea su evolución en los genes de osos pardos salvajes conservados en colecciones de museos en Suecia.