Investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) han desarrollado un método para evaluar el grado de vulnerabilidad de las zonas costeras al impacto de temporales. El método, aplicado en el litoral catalán, revela que un tercio de sus costas presentan una vulnerabilidad alta a la inundación y un 20%, a los efectos de la erosión.
“Hasta ahora no existía una herramienta para evaluar la vulnerabilidad de las zonas costeras al impacto de las tormentas que cuantificara los procesos que ocurren y las probabilidades de que sucedan estos eventos, y por ello se ha desarrollado un método para que el gestor costero –la Administración– pueda prever la magnitud de los daños para este tipo de fenómenos, cada vez más frecuentes”, explica a SINC Eva Bosom, autora principal del estudio e investigadora del Laboratorio de Ingeniería Marítima de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).
El 34% de la costa central catalana muestra una vulnerabilidad entre alta y muy alta a la inundación, y en casi el 50% la vulnerabilidad es media, lo que indicaría la presencia de “problemas de desbordamiento con bastante frecuencia”, según remarca el estudio. Respecto al riesgo de erosión, el 20% tiene una vulnerabilidad entre media y alta, en especial, en el sur, donde las playas son más estrechas y de arena fina.
La capacidad de una costa para afrontar el impacto de una tormenta depende de la intensidad de esta y de la geomorfología de cada playa. Los procesos “dañinos” más comunes son la inundación y la erosión.
Los investigadores de la UPC han partido de estos dos procesos para medir la fragilidad de unos 50 kilómetros de costa del litoral catalán. “Inundación y erosión se evalúan por separado ya que, aunque están inducidos por el mismo agente –la tormenta–, su intensidad no depende igual de las características del temporal ni los daños que provocan son los mismos”, puntualiza Bosom. Para el análisis, se han utilizado datos de oleaje de 50 años, desde 1958 hasta 2008.
Los resultados, publicados en la revista Natural Hazards and Earth System Sciences, muestran que costas de características diferentes sufren con distinta intensidad los efectos de las tormentas, lo que indica que “la geomorfología costera controla la capacidad del sistema para recuperarse del impacto”, señala la autora.
Evaluar riesgos para paliar daños
La metodología desarrollada pretende ser una medida de apoyo para que los gestores puedan tomar decisiones sobre dónde invertir para paliar los desastres costeros en función de las características de la tormenta y del tramo del litoral a evaluar.
La magnitud del temporal varía a lo largo de la costa y esto influye en la intensidad de los procesos de inundación y erosión. Por ello, “es importante medir la vulnerabilidad de la costa y las probabilidades de que suceda el evento, que pueden seleccionarse en función de la importancia socioeconómica o ambiental de cada sitio”, indica Bosom. De este modo, “el gestor podrá clasificar el territorio en función de su peligrosidad y decidir donde se dedicarán los recursos o donde se debe promover medidas de protección y adaptación”, añade la investigadora.
La vulnerabilidad de la playa también puede variar por un cambio en su morfología. Para medir esta variación, “los datos sobre las costas deberían actualizarse de manera periódica o después de un evento importante para reflejar de la manera más fiel la morfología actual de la playa”, subraya la investigación.
El trabajo se enmarca dentro del proyecto VuCoMa (Vulnerabilidad Costera a Múltiples Agentes. Aplicación al Litoral Catalán), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Referencia bibliográfica:
E. Bosom; J. A. Jiménez. “Probabilistic coastal vulnerability assessment to storms at regional scale – application to Catalan beaches (NW Mediterranean)”. Natural Hazards and Earth System Sciences, 2011. DOI: 10.5194/nhess-11-475-2011
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