El ingeniero español Daniel García (Madrid, 1981) trabaja en la Agencia Japonesa de Energía Atómica (JAEA) desde junio 2010. Este investigador en energía nuclear explica a SINC la situación tras el accidente en la central de Fukushima, un suceso que considera tergiversado por la prensa occidental.
¿Cómo resumirías la situación actual, del país en general, y del tema nuclear en particular?
La situación general es muy difícil, pero realmente depende mucho de dónde estés. Creo que la gente más en fuera de peligro, que no ha padecido el primer terremoto y posterior tsunami, sobre todo está preocupada por el tema nuclear. Sin embargo, los más afectados directamente por la tragedia sólo piensan en sobrevivir, y los medianamente afectados en recuperar su vida “normal”.
¿Cómo se han producido las explosiones en los reactores nucleares?
La causa de las explosiones tiene su origen en el almacenamiento de gas hidrógeno en el interior del edificio del reactor. Este gas se produce por una reacción entre las barras de combustible (cuya cubierta metálica contiene zirconio) y el agua que las rodea, cuando la temperatura supera los 1200º C. Esta circunstancia ocurrió porque el sistema de refrigeración no funcionaba debido a los efectos combinados del terremoto y tsunami.
¿Por qué salió el hidrógeno de la vasija?
El primer problema de los reactores no fue el calor excesivo, sino la presión que conlleva el aumento de temperatura (como si fuera una olla exprés) y ponía en peligro la integridad de la vasija. Para evitar eso existen válvulas que permiten evacuar el vapor de agua que se forma en la parte superior de la misma. Sin embargo, al pasar los 1200º empezó a formarse el hidrógeno y a salir con el vapor. De esta forma, fue acumulándose en el interior del edificio, cuya función es precisamente contener los escapes de gases radioactivos.
Y han ido explotando un reactor tras otro…
Van explotando uno tras otro porque todos han tenido el mismo problema de refrigeración insuficiente del núcleo, aumento de presión y apertura de válvulas para controlarlo. El único que no ha explotado es el 2, porque tras la explosión del 1 y el 3 abandonaron la idea de “contener los gases dentro” y empezaron a soltarlos directamente (aplicando un filtro de lo que pueden).
¿No se podía prever esta situación?
Se sabe que esto pasa cuando falla la refrigeración. Así ocurrió también la explosión de hidrógeno que causó el drama de Chernóbil. La diferencia es que los rusos no tenían un sarcófago de contención y la explosión lo hizo saltar todo por los aires, y en Fukushima la explosión se llevó sólo el techo del edificio del reactor sin afectar al sarcófago de contención.
¿Y es fácil de evitar?
Se puede hacer, pero supone aceptar de entrada que vas a empezar a soltar radioactividad al medio, y eso es algo muy difícil de asumir para nadie. Las explosiones han sido muy espectaculares, pero no son “el problema” para la seguridad. Creo que en el reactor 2 decidieron evitarlas por una cuestión mediática, es decir, no por su impacto real para la seguridad, sino en la opinión pública. Aunque se ha informado que en el 2 ocurrió una explosión, a estas alturas nunca se ha llegado a aclarar de dónde vino el ruido. El caso es que el edificio permanece intacto y no ha tenido el problema de acumulación de hidrógeno como en el 1 y 3.
¿Cuál es tu opinión sobre el tratamiento de estos sucesos en la prensa española?
En general, nefasta, aunque afortunadamente haya excepciones y parece que va mejorando. De hecho no creo que sea una opinión personal mía, ni que se limite a la prensa española. Desde el principio de la crisis, y por los motivos que sean, toda la prensa occidental se ha volcado en visiones apocalípticas, sin mostrar el más mínimo interés por lo que realmente estaba pasando en Japón. No sólo es la falta de rigor, sino que además se han mostrado completamente incapaces de seguir el desarrollo de la tragedia con la presteza que requiere su constante evolución.
¿Qué ha sido lo más duro?
Hasta ahora lo más duro para mí no han sido ni los terremotos, ni los tsunamis, ni la central de Fukushima, sino el tener que hacer frente a la angustia y el miedo de todos mis familiares y amigos. Sé por la experiencia de muchos colegas extranjeros en Japón que no soy un caso aislado, y que realmente la prensa de nuestros países respectivos nos está haciendo la vida imposible. Ha habido muchos días que esperábamos con más angustia el despertar de Europa que la siguiente nota de prensa de TEPCO (la compañía eléctrica de Tokio) o la llegada de otro terremoto.
Estamos todos profundamente afectados por la irresponsabilidad absoluta que están demostrando muchos de esos medios, y al mismo tiempo agradecidos por el esfuerzo de los locales. Los que peor lo tienen son los muchos extranjeros que no entienden el japonés y están aquí pero dependen de Europa y EE UU para saber lo que está pasando. En ese sentido el gobierno japonés ha reaccionado muy rápido para empezar a traducirlo todo al inglés, pero hay muchos que todavía no lo saben.
Desde algunos ámbitos europeos se acusa al gobierno japonés de no estar diciendo toda la verdad ¿Estás de acuerdo?
Si te digo la verdad, salvo a algún periodista en cruzada personal por “la verdad” creo que ahora mismo la gente de aquí no está preocupada por esas cosas. Yo no sé si nos están diciendo “toda la verdad”, pero es que tampoco me importa. Ya habrá tiempo para eso cuando se acabe la crisis, para bien o para mal. Lo que queremos es que hagan todo lo posible por aplacarla, y que nos mantengan informados del peligro real que corremos, y en ese sentido creo que están cumpliendo muy bien y reaccionando con una rapidez y eficacia impresionantes, teniendo en cuenta la difícil situación en la que se encuentra el país. No me refiero al problema de Fukushima, sino a todo lo que ha significado y está suponiendo esta increíble catástrofe natural.
En ese sentido, quizás sea una diferencia cultural de base frente a una desgracia. La primera reacción de un español o un francés suele ser buscar “un responsable” y “echarle la culpa a alguien”. La de un japonés es concentrarse en cómo solucionar el problema.
Pero, en cualquier caso, las fugas radiactivas están confirmadas…
Los datos públicos existen desde el principio de la crisis, con diferentes picos cada vez que ha pasado algo, y con disminuciones después. Ahora mismo estamos otra vez en una fase descendiente y esperando que no haya un nuevo pico (incidente). Los últimos datos señalan que en en la proximidad (10- 30m) de los reactores 3 y 4 los niveles son demasiado elevados para que los trabajadores puedan acercarse (superior a 400-500 milisiver/h). En la puerta principal del recinto de la central hay niveles altos para un funcionamiento normal (unos 600 microSv/h) pero cuyo valor y tendencia a la baja indican que los sarcófagos todavía están en buen estado. En los 20km de evacuación fijados por el gobierno la última cifra que conozco ronda los 300 microSv/h, pero siguiendo la evolución de la puerta principal (de la que hay datos más recientes) ahora debieran de estar por debajo de 100. En Ibaraki (región entre Fukushima y Tokyo, dónde me encuentro ahora) el máximo ahora mismo es 0,9 microSv/h y en Tokyo creo recordar que las últimas cifras son 0.04 microSv/h. En cualquier caso, los datos van actualizándose constantemente. Hay gente que está haciendo un trabajo fabuloso por recuperar todas las mediciones importantes y comunicarlas en la web.
¿Estás asustado?
Asustado no, pero por supuesto estoy preocupado por la evolución del problema y las repercusiones que puede alcanzar en la región de Fukushima. De hecho antesdeayer decidí dejar mi domicilio (700km al suroeste de Fukushima, en la costa del Mar del Japón) para venir a Ibaraki (a unos 100 km de la central) con mi mujer, que trabaja aquí para restaurar las instalaciones de gas y agua de la región.
¿Cómo en un país con tantos terremotos como Japón tienen tantas centrales nucleares?
Japón es un país muy pequeño (unos 2/3 de España en superficie), muy poblado (125 millones de habitantes), muy industrial, y que no dispone de ningún recurso natural (prácticamente todo el suelo es volcánico y no hay ningún recurso mineral ni energético). Así pues, Japón importa prácticamente toda su energía y considera la nuclear como la única sostenible a largo plazo. Esa posición se ha acentuado en las últimas décadas debido a la gran preocupación que existe aquí por el calentamiento global y el cambio climático. Ahora mismo todo lo que vende en Japón es “verde”. Por supuesto la energía nuclear no es la única, pero la alternativa es seguir usando gas y petróleo... hasta que se acabe o nos cepillemos el planeta. Tampoco hay que olvidar las últimas tendencias del “todo eléctrico”, como los coches.
En Japón, además, hay muchas centrales nucleares, pero la proporción de la energía eléctrica nuclear es similar a la Europea (entorno al 30%). Lo que sucede es que la mayoría de los reactores japoneses son bastante pequeños. Por último, aquí la concepción de las centrales está hecha pensando en los terremotos desde el principio: desde su emplazamiento, que siempre es en las zonas menos activas del país. El territorio japonés tiene terremotos constantemente, y llevaban más de 40 años sin tener problemas serios en una central por culpa de ellos.
Hasta ahora…
El problema es que ahora se ha sobrepasado de largo el peor caso posible imaginado por los geólogos de la Agencia de Meteorología Japonesa, que probablemente sean los mejores del mundo. Tanto la vibración del suelo experimentada por la central de Fukushima 1, como la altura del tsunami que la golpeó, son más del doble de lo que están diseñadas para aguantar. Personalmente, estoy sorprendido que una central de generación 1 y casi 40 años esté aguantando lo que se la ha venido encima como lo está haciendo.
¿Cómo ves el futuro próximo?
La verdad es que no sabría qué decir. Sigo pensando que es posible que consigan controlar la situación y que se quede dónde estamos ahora, pero tengo muy presente que puede ir a peor. Eso sí, tras haber seguido el asunto casi 24 horas al día y haberme informado todo lo posible, tengo la convicción de que por mucho que empeore la situación no habrá consecuencias para la salud de la población fuera de Fukushima..
Tu investigación en Japón se centra en los reactores nucleares de 4ª generación ¿serán más seguros?
Sobre los reactores de 3ª generación, los reactores de neutrones rápidos refrigerados por sodio de la 4ª podrán utilizar todo el uranio natural como combustible (del que ahora sólo usamos menos del 1%). También serán capaces de reciclar los residuos de los reactores actuales, disminuyendo su cantidad y vida radioactiva, que pasaría a ser de cientos de años en lugar de cientos de miles de años. El objetivo es tener un “ciclo cerrado del combustible”. Además, en los reactores de 4ª generación el sistema de refrigeración de emergencia del núcleo es pasivo, por convección natural del calor. Es decir, que la seguridad del núcleo está asegurada incluso en caso de pérdida total de electricidad -como ha pasado en Fukushima- o si se produce un fallo en todas las bombas de circulación.