La Fundación BBVA ha otorgado al economista William Nordhaus su premio Fronteras del Conocimiento en la categoría Cambio Climático, por haber desarrollado un modelo que integra las aportaciones de la ciencia del clima, la tecnología y la economía para responder a la pregunta: ¿Qué debe hacer el mundo para poner límites al cambio climático?.
El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático ha sido concedido en su décima edición al economista William Nordhaus, de la Universidad de Yale (EEUU), por fundar el campo de la economía del cambio climático desarrollando “de forma pionera” –explica el acta del jurado–.
Nordhaus (Nuevo México, Estados Unidos, 1941) empezó a analizar el impacto económico del cambio climático en 1975, cuando los investigadores del clima apenas empezaban a alertar de un aumento de la temperatura global debido a las emisiones de gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles. Él llegó al problema de manera casi casual, porque durante una estancia de investigación en Viena compartió despacho con el climatólogo Allan H. Murphy.
La complejidad del desafío, y la falta de información sobre las variables implicadas, hizo que desarrollar el modelo le llevara a Nordhaus más de quince años. Por entonces, la comunidad de investigadores del clima ya era muy activa, pero el cambio climático seguía fuera de la agenda de los economistas.
“Nordhaus ha usado su modelo y sus conocimientos de economía para evaluar los daños futuros debidos al clima, el riesgo de daños catastróficos o el papel del cambio tecnológico en el sistema energético”, afirma el acta. “Por la transparencia y la simplicidad de su abordaje, los modelos de Nordhaus se usan en todo el mundo para analizar las políticas relativas al clima”, continúa.
El propio Nordhaus habló ayer de sus modelos, tras conocer el fallo: “Tratan de representar todas las relaciones fundamentales entre la economía y el clima de la manera más sencilla posible: variables como la población, el PNB, las emisiones de carbono y el cambio climático. A través de ecuaciones, representan la relación entre la población y el crecimiento económico, por una parte, y las emisiones de gases y el cambio climático. Tardé mucho tiempo en desarrollar DICE porque fue necesario encontrar y juntar todas las piezas de este complicado puzle, de manera que pudiera analizarse con el software de un ordenador y obtener resultados”.
Siempre ha dado gran importancia a la calidad de la información estadística, y a la integración de datos provenientes de las más diversas disciplinas. Esta preocupación le llevó a proponer integrar los factores medioambientales y actividades fuera de mercado en un nuevo sistema de Cuentas Nacionales.
Poner precio a las emisiones de CO2
Para Nordhaus, lo más importante de su trabajo es que permite poner un precio al carbono. De hecho, esa es, en su opinión, la respuesta correcta a cómo limitar el calentamiento global: “La novedad fue ponerle un precio como medida para frenar el cambio climático. La receta fundamental para paliarlo es que los gobiernos, las empresas y los hogares paguen un precio alto por sus emisiones de carbono. Hoy no pagan prácticamente nada. Si el precio fuera más alto se recurriría a otras opciones, como las renovables. No es una receta que sepa muy rica, pero es la más eficaz”, asegura.
Nordhaus ha sido desde hace décadas un firme defensor de gravar las emisiones de carbono. Por eso duda de la efectividad del Acuerdo de París: “El Acuerdo de París tiene aspectos positivos, pero son medidas puramente voluntarias, insuficientes para reducir las emisiones de CO2 y otros gases. El precio a las emisiones de carbono es demasiado bajo, tan solo un 10% de lo que debería ser en la actualidad para detener las emisiones de carbono. El esfuerzo de París merece la pena, porque es muy útil reunir a los países, pero los resultados son totalmente insuficientes para lograr el objetivo de reducir las emisiones para limitar el aumento de las temperaturas por debajo de los 2 grados”.