Un estudio, publicado en Scientific Reports, se centra en la diversidad zoológica y la nutrición humana en los bosques de África, y vincula la malnutrición de los humanos con la sobreexplotación de carne silvestre en las selvas tropicales. Según los investigadores de la Universidad de Málaga (UMA), el uso racional de los recursos cinegéticos en estas zonas ayuda a garantizar la salud alimentaria de las personas.
El trabajo, publicado en Scientific Reports, tiene en cuenta que durante miles de años los habitantes de la cuenca del Congo han subsistido gracias a la caza, que constituye una fuente importante de nutrientes esenciales para las poblaciones rurales del África central.
Sin embargo, la sobreexplotación de la fauna pone en riesgo la conservación de numerosas especies de alto valor para sus ecosistemas y la propia sostenibilidad de las poblaciones humanas, que tiene su máximo exponente negativo en la transmisión de la fiebre hemorrágica del ébola, un riesgo asociado al manejo de la carne silvestre para la alimentación.
El trabajo del grupo de Biogeografía, Biodiversidad y Conservación de la UMA aporta a esta problemática el análisis de las relaciones espaciales entre la disponibilidad de carne silvestre y la malnutrición infantil y, mantiene como referencia constante la sostenibilidad de la caza cuando es ejercida sobre diferentes poblaciones animales.
Los resultados demuestran que la malnutrición infantil es mayor en los márgenes del bosque que en las zonas interiores de la selva. De hecho, las áreas más remotas del bosque son capaces de mantener, en niveles razonables, la salud alimentaria de las poblaciones humanas que allí habitan, debido, sobre todo, a la lejanía de los grandes asentamientos humanos.
En estas zonas, la diversidad de especies es alta, pero su sostenibilidad ante la caza es muy vulnerable debido a la posibilidad de un eventual incremento de la explotación. Por tanto, los datos obtenidos señalan que la protección del bosque ha de ser prioritaria en las zonas centrales de las selvas lluviosas, en beneficio tanto de la conservación de la naturaleza como de los seres humanos que subsisten gracias a ella.
Presión sobre la población animal
Como contraste, las sabanas arboladas de los márgenes de los bosques, densamente pobladas, soportan una gran presión sobre las poblaciones animales, consecuencia de una situación socio-económica que además favorece la malnutrición. Pero el estudio muestra que el uso racional de los recursos cinegéticos en estas zonas puede contribuir a paliar las carencias alimentarias de las personas.
Segúm los investigadores, los gobiernos regionales deberían incluir la práctica cinegética como recurso necesario y deberían tenerla en cuenta en las políticas de conservación del medio ambiente.
“La selva más profunda puede mantener la seguridad alimentaria de los cazadores-recolectores, a condición de que las concentraciones humanas se mantengan en niveles bajos”, indican los investigadores que añaden que “la adecuada nutrición humana, apoyada por la caza, es también posible en las zonas rurales de los alrededores de la selva”. No obstante, advierten de que “la sostenibilidad del recurso colapsa cerca de las áreas urbanas, donde la malnutrición infantil presenta sus niveles más altos”.
Referencia bibliográfica:
John E. Fa, Jesús Olivero, Raimundo Real, Miguel A. Farfán, Ana L. Márquez, J. Mario Vargas, Stefan Ziegler, Martin Wegmann, David Brown, Barrie Margetts y Robert Nasi (2015). “Disentangling the relative effects of bushmeat availability on human nutrition in central Africa”. Scientific Report, 5. Nº Artículo: 8168. Disponible en línea: doi:10.1038/srep08168