Investigadores brasileños han realizado el primer estudio de autopsia para examinar las causas exactas de la muerte en víctimas de la gripe A (H1N1). Los resultados del estudio, que serán publicados en la edición de enero de la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, revelan que tres cuartas partes de los pacientes presentaban enfermedades subyacentes como cardiopatía o cáncer.
“La falta de información sobre la patofisiología de esta enfermedad supone una limitación que impide una mejor gestión clínica y dificulta el desarrollo de una estrategia terapéutica”, afirma Thais Mauad, autora principal de la investigación y profesora de la Universidad de São Paulo en Brasil.
El estudio, realizado en 21 pacientes que murieron en São Paulo a causa de una infección por H1N1 en julio y agosto de 2009, muestra que el 76% de éstos presentaba enfermedades subyacentes como cardiopatía o cáncer, mientras que no se apreciaban complicaciones claras en la cuarta parte restante. Todos presentaban una forma progresiva y rápidamente mortal de la enfermedad.
Mientras que los datos anteriores indicaban que la mayoría de los pacientes con una infección que no era mortal presentaba fiebre, tos y dolores musculares (mialgia), Mauad constató que “la mayoría de los pacientes con una forma mortal de la enfermedad hacía frente a dificultades respiratorias (disnea), mientras que la fiebre y la mialgia eran menos frecuentes”.
Los resultados, que serán publicados en la edición del 1 de enero del American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, sostienen que todos los pacientes murieron de una grave lesión pulmonar aguda, aunque había tres patrones diferentes de daño en sus pulmones. Para los autores, esto indica que la infección mata de formas distintas.
“Es más probable que los pacientes con bronquiolitis necrotizante desarrollen una coinfección bacteriana y que los pacientes con cardiopatías y cáncer desarrollen una afección hemorrágica en sus pulmones. Es importante tener en cuenta que los pacientes con enfermedades subyacentes se deben controlar de forma adecuada ya que tienen un mayor riesgo de desarrollar una infección grave por H1N1”, continúa la investigadora.
En estos pacientes, la infección por gripe A puede presentarse como una enfermedad mortal que requiere un tratamiento de cuidados intensivos previo y rápido, incluyendo estrategias protectoras de ventilación y una gestión hemodinámica apropiada.
Los autores también encontraron pruebas de una “tormenta de citoquinas” asociada a la gripe, una respuesta aberrante del sistema inmune en los pulmones de algunos individuos, relacionada con la patogénesis de estos casos mortales de infección por H1N1.
Se necesitan más investigaciones para entender exactamente cómo y por qué ciertos pacientes fallecen por una evolución mortal cuando están infectados por H1N1. “Nos gustaría centrar nuestros esfuerzos en la comprensión de las respuestas del sistema inmune en los casos de infección grave, ya que podría conducirnos en último término a nuevos enfoques terapéuticos”, concluye Mauad.
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