Un estudio de modelización realizado con datos de 854 ciudades europeas calcula las defunciones actuales y futuras por temperaturas cálidas y frías. Publicado en The Lancet Public Health, señala que los fallecimientos por calor se triplicarán en todo el continente a finales de este siglo.
Los resultados de un estudio, liderado por ISGlobal, muestran que el O3 procedente de fuera de las propias fronteras nacionales contribuyó al 88,3 % de las muertes atribuibles a este contaminante en 35 países europeos. Los autores señalan que los efectos perniciosos de este contaminante se están agravando por el calentamiento global.
Un estudio, liderado por ISGlobal Blarcelona, ha revisado al alza las estimaciones hechas hasta ahora sobre los fallecimientos asociados a temperaturas récord que soportó el continente europeo en los meses estivales del año pasado.
Un estudio liderado por Instituto de Salud Global de Barcelona indica que aunque los ingresos son mayores durante los meses de invierno, la máxima incidencia de mortalidad hospitalaria por enfermedades como bronquitis aguda, bronquiolitis, neumonía e insuficiencia respiratoria, entre otras, se produjo entre junio y septiembre y estuvo fuertemente relacionada con las altas temperaturas.
Un estudio internacional, en el que participa el Instituto de Salud Global de Barcelona, muestra el potencial de las autopsias mínimamente invasivas para investigar las causas de los decesos en países con bajos recursos. En la mortalidad infantil incide una interacción de varios factores, donde la desnutrición tiene un rol destacado, subrayan los investigadores.
En Sicilia, unas 2.000 personas han sido evacuadas por los fuegos. Las autoridades sanitarias han pedido a la ciudadanía que permanezcan en sus casas debido a la continua caída de ceniza y a que el humo hace el aire irrespirable.
Casi todas las causas naturales y las causas externas de muerte más frecuentes aumentaron durante este periodo del año pasado, aunque los mayores picos se dieron en personas con patologías crónicas previas consideradas de riesgo ante situaciones de altas temperaturas. Así lo desvela un informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística.
Licenciado en Física y Humanidades, la NASA recuerda a Cunningham como un explorador. El piloto formó parte de la primera misión tripulada del proyecto Apolo, que allanó el camino al actual Programa Artemis.