Suscríbete al boletín semanal

Recibe cada semana los contenidos más relevantes de la actualidad científica.

Agencia Sinc
Ana Cuadrado, investigadora del departamento de Oncología Molecular del CNIO

“El caso de Henrietta hoy sería impensable, la investigación con muestras humanas está sometida a una estricta regulación”

La bióloga Ana Cuadrado utiliza las células inmortales de Henrietta Lacks para estudiar los mecanismos moleculares relacionados con el control de la división celular, la replicación del ADN y la respuesta de las células cancerosas a fármacos antitumorales. Como ella, miles de científicos en el mundo siguen utilizando las células de esta mujer afroamericana, que murió un 4 de octubre de hace 71 años de cáncer de útero y cuyas muestras fueron extraídas sin su permiso.

La investigadora del CNIO Ana Cuadrado
La investigadora del CNIO Ana Cuadrado. / A. Tabernero / CNIO

Esta doctora en Biología trabaja en el Departamento de Oncología Molecular del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Lleva más de 20 años investigando los mecanismos moleculares del cáncer, en distintos modelos y ámbitos, desde la empresa farmacéutica hasta la investigación básica.

Ana Cuadrado (Oviedo, 1972) está centrada ahora en un proyecto que trata de identificar las causas moleculares que están detrás de los casos más agresivos de un tipo de tumor pediátrico: el sarcoma de Ewing. “Nuestra finalidad es identificar marcadores de pronóstico eficaces y desarrollar tratamientos más efectivos para estos pacientes”, explica a SINC en esta entrevista.

Hoy, en el 71 aniversario de la muerte de Henrietta Lacks, Cuadrado cuenta que tanto ella como muchos otros grupos de investigación en el CNIO siguen trabajando con las células HeLa procedentes de esta mujer afroamericana, fallecida por un cáncer de útero el 4 de octubre de 1951. “Estas células son como ‘tubos de ensayo’ para numerosos proyectos de investigación básica y sirven para la identificación de sensibilidades a fármacos antitumorales”, comenta.

Las células HeLa constituyen muchas veces un primer ‘tubo de ensayo’ donde podemos estudiar fácilmente procesos celulares básicos y generales en las células cancerosas que luego pueden aplicarse a modelos más específicos

Las células cancerosas de Henrietta Lacks sirvieron para originar una línea de cultivo celular inmortal: las células HeLa, utilizadas en miles de investigaciones, entre ellas la tuya. ¿Qué uso que les das?

Las células HeLa son una herramienta muy útil cuando necesitamos un sistema celular que crezca con rapidez, en un medio de cultivo básico que me permite obtener grandes cantidades de células de forma relativamente rápida y económica. Son especialmente útiles cuando estudiamos los mecanismos moleculares relacionados con el control de la división celular, la replicación del ADN y la respuesta de las células cancerosas a fármacos antitumorales, en particular, los que provocan daño en el ADN y alteran los procesos responsables de la división celular.

¿Cómo te han ayudado las células HeLa en tu trabajo?

Estas células sirven muchas veces para una primera fase de ensayo donde podemos estudiar fácilmente procesos celulares básicos y generales en las células cancerosas, que luego pueden aplicarse a modelos más específicos. En mi caso concreto, me han ayudado en fases iniciales de cribado de colecciones de compuestos químicos que puedan tener efectos antitumorales. Estos cribados o screenings se realizan con miles de compuestos simultáneamente, en varias réplicas experimentales, por lo que la capacidad de crecimiento de las células HeLa supone una enorme ventaja.

Tras las fases iniciales de cribaje, buscamos mejores modelos [que las células HeLa], ya sean células cancerosas de pacientes que puedan cultivarse en el laboratorio, organoides y modelos animales específicos que permitan reproducir a nivel molecular cada tipo de cáncer

Sin embargo, es importante decir que los screenings de compuestos están evolucionando hacia modelos específicos de cada tipo de cáncer que reproducen de la forma más fiel posible el entorno del tumor en el organismo, por lo que, tras las fases iniciales de cribaje, buscamos mejores modelos, ya sean células cancerosas procedentes de pacientes que puedan cultivarse en el laboratorio, organoides —masas tridimensionales de células que recrean órganos o tejidos en cultivo— o modelos animales específicos que permitan reproducir a nivel molecular cada tipo concreto de cáncer.

Investigas en sarcoma de Ewing, un tumor raro en niños y adolescentes ¿Nos puedes explicar en qué consiste tu proyecto?

El sarcoma de Ewing es un tipo de tumor de hueso y tejidos adyacentes considerado una enfermedad rara, debido a su baja incidencia, que, efectivamente, afecta a niños y jóvenes adultos. Pese a esta baja incidencia, es especialmente doloroso por el grupo de población afectado. Se produce en la inmensa mayoría de los casos por una traslocación cromosómica que provoca la aparición de una proteína aberrante que, a su vez, modifica el comportamiento de las células óseas de estos pacientes. Sin embargo, no todos tienen el mismo pronóstico: mientras que un 70 % de los pacientes responden bien a los tratamientos clásicos, un 30 % tienen mal pronóstico y su supervivencia es muy baja.

Nuestro proyecto persigue identificar las causas moleculares responsables de los casos con peor pronóstico, que ya sabemos dependen de la pérdida de función de un gen que codifica una proteína responsable de organizar la ‘arquitectura del genoma’, la proteína Stag2. Queremos comprender por qué estos pacientes con mutaciones en Stag2 tienen una enfermedad más agresiva, ser capaces de identificar estos casos de forma temprana en la clínica y explorar oportunidades terapéuticas específicas para estos pacientes, es decir, identificar tratamientos especialmente efectivos para ellos.

¿En qué fase está la investigación?

Actualmente, en colaboración con el doctor Enrique de Álava, del Hospital Virgen del Rocío, estamos validando la eficacia de STAG2 y de algunas proteínas dependientes de la misma, como marcadores de pronóstico en muestras de pacientes. En paralelo, realizamos screenings de compuestos de uso clínico que puedan ser más efectivos contra células de sarcoma de Ewing mutantes para Stag2. Tenemos resultados preliminares con algunos de estos fármacos que demuestran mayor eficacia en estas células, pero aún debemos validarlos con un número más representativo de células de pacientes para asegurarnos de la relevancia clínica de nuestros hallazgos.

Tenemos dos objetivos claros: detectar de forma más temprana los casos potencialmente más agresivos de sarcoma de Ewing, pero, sobre todo, identificar estrategias terapéuticas más eficaces para estos pacientes

¿Qué aportación crees que puede tener tu trabajo en futuros tratamientos para este tipo de cáncer?

Como comentaba anteriormente, tenemos dos objetivos claros: detectar de forma más temprana los casos potencialmente más agresivos de sarcoma de Ewing, pero, sobre todo, determinar estrategias terapéuticas más eficaces para estos pacientes. Se trata de identificar precozmente a estos pacientes con peor pronóstico y poder tratarlos con las combinaciones de fármacos más específicas y adaptadas a su problemática.

¿Hay otros grupos e investigación que trabajen con estas células HeLa en el CNIO?

Muchos de los grupos de investigación del CNIO trabajan o han trabajado con estas células. Son como ‘tubos de ensayo’ para numerosos proyectos de investigación básica y pueden servir para la identificación de sensibilidades a fármacos antitumorales.

Henrietta Lacks, afroamericana y pobre, murió a los 31 años de cáncer de útero sin saber que le habían extraído las células que se han utilizado en más de 70.000 experimentos, patentes, negocios y tratamientos. ¿Cómo valoras su caso?

Ha tenido dos grandes consecuencias en la historia de la investigación biomédica. Por una parte, representa la primera línea celular estable que pudo cultivarse indefinidamente in vitro, lo que ha constituido un hito fundamental con implicaciones médicas importantísimas, tanto en el desarrollo de fármacos y tratamientos, como en la comprensión de multitud de procesos moleculares y celulares.

El caso de Henrietta Lacks ha tenido grandes consecuencias en la investigación biomédica: representa la primera línea celular estable que pudo cultivarse indefinidamente ‘in vitro’ y supuso un punto de inflexión en la apertura de un debate ético esencial 

Por otra parte, supuso un punto de inflexión y la apertura de un debate ético esencial, que es el de la protección de los derechos de los pacientes sobre el uso de sus muestras biológicas como materiales de investigación. Ni Henrietta ni su familia supieron nada del destino de estas células hasta muchos años después de su muerte, y nunca tuvieron ningún beneficio ni pudieron ejercer ningún derecho sobre todos los resultados de las múltiples investigaciones realizadas con ellas. No fue hasta el año 2013 cuando el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos acordó ceder la secuencia del genoma de Henrietta solo con el consentimiento de la familia.

¿Podría haber sucedido algo similar en la actualidad?

Un caso como este sería impensable actualmente. La investigación biomédica con muestras humanas está sometida a una estricta regulación ética que garantiza la protección y preservación de los derechos del paciente, la solicitud de su consentimiento informado y la posibilidad de estar informado y decidir sobre el destino de estas muestras en cualquier momento de la investigación.

Fuente:
SINC
Derechos: Creative Commons
Artículos relacionados