La transición de los peces a los tetrápodos, que se produjo hace unos 390 millones de años, fue un proceso de cambio que se hizo a un ritmo evolutivo acelerado. Las innovaciones anatómicas que tuvieron lugar en el cráneo y las mandíbulas fueron fundamentales para la adaptación al medio no acuático, según indican los expertos.
El pez killi africano tiene que enfrentarse a menudo a largos periodos de aridez en su región de origen. Por eso, en su etapa embrionaria, recurre a la diapausa, una técnica parecida a la hibernación, gracias a la cual entra en un estado de letargo para protegerse. Un nuevo estudio demuestra que este proceso no altera su esperanza de vida posterior.
El modelo robótico del Orobates, un animal extinto intermedio entre anfibios y reptiles que vivió hace más de 300 millones de años, y la simulación de su movimiento indican que los vertebrados primitivos aprendieron a caminar eficientemente sobre la tierra antes de lo que se pensaba.
La bióloga madrileña Verónica Díez Díaz, que trabaja en el Museo de Historia Natural de Berlín, aspira a crear un protocolo estándar de digitalización de fósiles que pueda ser seguido fácilmente por todos los investigadores.
Un nuevo estudio con participación española descubre los mecanismos que permitieron la evolución de invertebrados a vertebrados. El trabajo revela detalles de los cambios que dieron lugar a una mayor complejidad animal.
Un estudio internacional liderado por españoles ha desvelado que el origen evolutivo de las extremidades de los vertebrados está en la aleta dorsal de los peces. El trabajo relaciona la evolución con el gen Shh y abre nuevas vías de investigación en la malformación congénita de estas estructuras.
Un equipo de científicos de la Universidad de Valencia ha reconstruido la forma del cuerpo de un pez extinto a partir de sus fósiles, basándose en la morfología y locomoción de tiburones actuales. El hallazgo revela que dentro de los peces que nadan de forma continua y activa, los animales más grandes necesitan colas o aletas caudales proporcionalmente más amplias debido a la necesidad de compensar su pérdida de flotabilidad, como le ocurría a Dunkleosteus terrelli, el placodermo carnívoro de mayor tamaño descrito hasta el momento.
Trabajos previos habían anunciado la sexta extinción masiva de seres vivos en la que ya estamos inmersos. Ahora, una nueva investigación asegura que este fenómeno será más severo de lo esperado. Los científicos sostienen que la desaparición de un gran número de especies de plantas y animales alterarán las funciones biológicas de los ecosistemas.
Paleontólogos de la Universidad de Valencia han propuesto una nueva hipótesis que explica las causas de la evolución del gigantismo en depredadores: los saltos metabólicos como consecuencia de factores internos y ambientales. El estudio se refiere a animales actuales, entre ellos el gran tiburón blanco o los cocodrilos, y a extintos como dinosaurios, reptiles marinos y voladores, entre otros.
Un estudio recientemente, publicado en la revista PLOS Biology, ofrece información que cambia sustancialmente la idea que se tenía sobre el proceso de formación del cerebro de los vertebrados y arroja luz sobre cómo podría haber evolucionado. Para llevar a cabo la investigación se ha utilizado como modelo el cerebro de un organismo no vertebrado, el anfioxo.