Hace entre 4.000 y 4.500 años, una invasión de descendientes de pastores esteparios de Europa del Este reemplazó a cerca del 40 % de la población y a casi el 100 % de los hombres de la Península. Lo sabemos gracias a un estudio internacional, liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Harvard (EE UU), que reconstruye la historia de los últimos ocho siglos en la zona.
Los primeros agricultores y ganaderos que habitaron la península ibérica durante la Edad de Cobre y la de Bronce –hace entre 3.500 y 5.500 años– no solo compartieron la misma historia migratoria que los grupos del norte y centro de Europa, sino que también son los ancestros más antiguos de los vascos actuales. Así lo revela la secuenciación del genoma de ocho individuos hallados en el yacimiento de El Portalón de la Cueva Mayor en la sierra de Atapuerca.
Un estudio realizado en las universidades de Granada y Valladolid analiza las diferencias y similitudes en la ansiedad social entre diferentes carreras universitarias y, sobre todo, entre todas las comunidades autónomas españolas. Este trabajo ha sido elaborado en una muestra formada por 15.504 estudiantes, pertenecientes a las 17 comunidades autónomas y a 20 carreras universitarias.
La secuenciación del genoma humano llegó en febrero de 2001 en sendos artículos de Nature y Science. Desde entonces las técnicas han dado un gran salto y han demostrado que los humanos nos parecemos mucho. Así lo confirma Hafid Laayouni (Marruecos, 1968), investigador en el centro CIBER de Epidemiología y Salud Pública de Barcelona, en un estudio que se ha publicado on line esta semana en Human Genetics, y según el cual no hay grandes diferencias genéticas entre las poblaciones de la Península Ibérica, como se pensaba hasta ahora.