Hacer más operativa la justicia y dotarla de nuevas herramientas para una adaptación climática más efectiva es uno de los objetivos principales del trabajo de Susana Borràs. Esta profesora de derecho ambiental estudia aspectos de esta emergencia, como la justicia climática, los derechos humanos ambientales y el de las personas que defienden el medio ambiente.
Evitar el contagio es complicado si no puedes aislarte ni tienes acceso a un grifo de agua corriente. Así es como viven esta pandemia miles de personas en los campos de refugiados griegos, según cuenta el director de Médicos Sin Fronteras en Grecia. Estas condiciones eran ya una emergencia antes de la pandemia.
Un estudio pionero revela que la escasez de recursos empeora las capacidades mentales de los adolescentes sirios desplazados incluso más que los traumas de la guerra. Según sus autoras, es urgente abordar este problema porque está en juego el futuro profesional y social de miles de niños y niñas.
Científicos de EE UU y Suiza han creado un algoritmo que permite incrementar las posibilidades de los refugiados de encontrar trabajo en el país de llegada en hasta un 71%. El sistema utiliza una combinación de aprendizaje automático y concordancia óptima para alinear a las personas desplazadas con las mejores ubicaciones de empleo, teniendo en cuenta sus habilidades individuales.
Imágenes de satélite del río Yarmuk, que forma la frontera entre Siria y Jordania, muestran los efectos de la crisis de los refugiados sobre las reservas de agua. Al dejar de regarse las tierras de labranza y cesar las actividades ganaderas sirias, se ha incrementado de forma involuntaria el flujo de agua del río en zona jordana.
Nacido hace 29 años en el Amish Country (Pensilvania, EE UU), Joshua Harvey lleva las riendas del Laboratorio de Innovación de Kosovo de UNICEF. Allí, junto con su equipo, forma a adolescentes y jóvenes como emprendedores capaces de crear sus propias herramientas con las que salir de la pobreza, la exclusión y el conflicto.
Un estudio internacional, publicado en la revista Science, revela que el perfil de refugiado que recibe más apoyo en Europa es aquel que puede contribuir a la economía, ha sido torturado, y es cristiano y no musulmán. El equipo investigador utilizó una gran encuesta on line, en la que se pidió a 18.000 personas en edad de votar de quince países europeos que evaluaran 180.000 perfiles de solicitantes de asilo.
Telefónica acaba de lanzar la web OpenSpain, que tiene como objetivo ayudar a los refugiados que llegan a España. La herramienta, creada por jóvenes menores de 30 años de varias nacionalidades, está disponible en español, inglés y árabe. El sitio informa a estas personas de los pasos que deben seguir para realizar las primeras gestiones cuando llegan a nuestro país.
En Dresde, la ciudad alemana donde se fundó el movimiento xenófobo Pegida, la Universidad Técnica acaba de crear el Centro de Estudios de Integración, que analiza el proceso de adaptación de los refugiados sirios para combatir el racismo creciente. Las universidades del país establecen campos de acogida, imparten cursos de alemán, ofrecen doctorados y puestos de trabajo y organizan actividades de divulgación científica para sus nuevos vecinos venidos de la guerra.
La dolorosa incertidumbre de los refugiados, atrapados en los campos y acorralados en una espera eterna, no ha doblegado a los gobiernos anfitriones que son reticentes a que entren en sus sociedades. La ayuda humanitaria se ha convertido en una solución temporal a un problema permanente: la duración media de la estancia en un campamento es ahora de unos 17 años. Científicos de todo el mundo han detectado las debilidades de los sistemas de ayuda y ponen sus investigaciones a disposición de las pequeñas y grandes agencias para mejorar la coordinación del trabajo sobre el terreno.