Un estudio con participación española, liderado por BirdLife International, señala al mar Mediterráneo y al mar Negro como las zonas del planeta en las que los petreles y las pardelas, uno de los grupos de aves marinas más amenazados, se enfrentan a un mayor riesgo de ingerir plásticos. Los resultados ponen de relieve la necesidad de mejorar la cooperación mundial para frenar este grave tipo de contaminación, cada vez más abundante.
El laboratorio de este bioquímico en la Universidad de Washington ha desarrollado una vacuna contra la covid-19 y tiene en marcha un espray nasal que bloquea virus respiratorios. Además, está trabajando en inmunoterapia del cáncer y catálisis para la descomposición de moléculas tóxicas en el medio ambiente, entre otras aplicaciones. Todas ellas se basan en proteínas sintéticas creadas mediante inteligencia artificial de aprendizaje profundo.
Entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plásticos terminan en las aguas marinas, lo que resulta en la presencia de millones de partículas de macroplásticos y microplásticos flotando en nuestros mares. Son datos que recoge un nuevo informe de SEO/BirdLife, presentado este jueves durante el Día Mundial de los Océanos.
Un estudio realizado por un equipo de científicos de más de una decena de centros de investigación españoles ha encontrado microplásticos en el agua de grifo, en localidades de Galicia, Madrid, Murcia, Cataluña y las islas Canarias. Aunque por ahora el riesgo para la salud humana parece insignificante, los resultados subrayan la importancia de una gestión adecuada de los residuos.
Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Alicante señala que los contaminantes preocupantes pueden dispersarse a través del transporte aéreo, la eliminación incontrolada de basuras e, incluso, con el agua de lluvia que discurre por la superficie de un terreno y llegar hasta los ecosistemas naturales.
Los investigadores de este estudio, que publica la revista PLoS ONE, creen que a este ritmo y si no existe un control, la entrada de plástico en los océanos podría acelerarse 2,6 veces de ahora a 2040.
El plástico envejecido libera más carbono orgánico que el plástico nuevo, ya sea basado en petróleo o biodegradable, según un estudio liderado por Institut de Ciències del Mar de Barcelona. Sus muestran que este material libera compuestos químicos orgánicos y CO2 al agua de mar que provocan una bajada del pH de esta.
Ángela Nieto, del Instituto de Neurociencias de Alicante, ha recibido el máximo reconocimiento del programa, que elige a una eminencia científica femenina en cada uno de los cinco continentes. Por su parte, Cristina Romera Castillo, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar, ha sido premiada en la categoría de Talento Emergente. Las instituciones en las que trabajan ambas son del CSIC.
El agua, el fondo marino, el hielo y la nieve del Ártico están cubiertos de altas concentraciones de microplásticos procedentes de varias partes del planeta, incluida España, según alerta un nuevo estudio. La presencia de estos contaminantes afecta a los organismos marinos y empeora los efectos del cambio climático en esta zona que ya no puede considerarse virgen.
Las aguas superficiales del mar Mediterráneo contienen decenas de miles de microplásticos por km2. La cantidad aumenta en realidad a medida que disminuye su tamaño. Un nuevo trabajo alerta de que los métodos científicos empleados hasta ahora en el estudio de la contaminación por estos compuestos no muestran la imagen completa, por lo que este problema ambiental podría ser más grave de lo que se pensaba.