Gracias a un marcaje de seguimiento para evaluar la migración del marrajo sardinero, un equipo científico ha podido documentar el primer caso de un gran escualo que devora a un ejemplar esta especie, que está en peligro crítico de extinción en el área mediterránea y el Atlántico Nororiental.
Un estudio, en el que colabora el CSIC, ha examinado la dieta de una comunidad de bisontes europeos en el ecosistema del monte mediterráneo. Este bóvido estuvo al borde de la extinción a comienzos del siglo XX, y actualmente se encuentra en la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN.
Un grupo de especialistas en felinos evalúa la situación del felino en la Península, con el objetivo de establecer un plan de acción para su protección y conservación. En el norte y el noreste, la especie está aparentemente bien distribuida, mientras en el sur y el centro existe poca densidad, con una fragmentación extrema.
Un rastreo de más de 5.000 aves procelariformes muestra que pasan casi la mitad de su tiempo en aguas internacionales, donde carecen de protección legal. Con la mitad de sus especies en peligro de extinción, los responsables del estudio reclaman un acuerdo de regulación global para conservar sus poblaciones.
Su nombre es Cynara tournefortii, una especie incluida en la Lista Roja de la Flora Vascular Española y que forma parte de un grupo de cinco plantas amenazadas con el que ha estado investigando el Real Jardín Botánico del CSIC. La última vez que se redescubrió este endemismo en el campo fue en la provincia de Sevilla en 2016.
La leguminosa Astragalus edulis, presente en el sur de la península ibérica, Canarias y Marruecos, está en peligro de extinción. Aunque es comestible y tiene cierto parecido con el garbanzo, no se cultiva, y solo se encuentra de forma silvestre. Ahora, una investigación ha descubierto su historia evolutiva, lo que puede servir para establecer los mejores lugares para la conservación de esta planta.
2018 ha sido un año duro para algunas especies. El estado de conservación de la tarántula anaranjada, el gecko de Durrel, el mero de siete bandas, el órice beisa y el sapo del páramo ha empeorado en los últimos doce meses a causa del cambio climático, la caza y la destrucción de su hábitat. Ellos son nuestros protagonistas del #CienciaaloBestia.
La araucaria brasileñaes un árbol en peligro de extinción debido a la deforestación de las selvas tropicales. Hasta ahora los loros también se consideraban nocivos para las plantas. Un nuevo estudio demuestra que en realidad estas aves, que también están amenazadas, ayudan a la araucaria a transportar las semillas y favorecen su germinación.