La ausencia de agua en el ambiente afecta más a la tolerancia térmica de las lagartijas que la falta de comida, según un estudio liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Los autores recalcan que los efectos de las sequías en la supervivencia de las especies terrestres frente a la crisis climática se han estudiado cinco veces menos que los del aumento de la temperatura.
Un equipo internacional de investigadores, liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha descubierto un nuevo proceso de formación de especies. Los científicos han estudiado poblaciones de lagartijas de turbera (Zootoca vivipara), una de las pocas especies de vertebrados que tiene dos modos de reproducción: oviparismo y viviparismo.
Para prever los efectos del cambio climático en una especie, hay que comprobar la tolerancia térmica de varias poblaciones. Un estudio, con participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha determinado que poblaciones de una misma especie presentan diferencias de tolerancia de hasta 3ºC en distintas regiones de la península ibérica.
En el desierto de Mojave, en EE UU, vive una especie de lagarto que ha logrado mimetizarse con sus diferentes entornos para sobrevivir: en la arena o en las rocas volcánicas. Gracias a un experimento, un equipo de científicos ha demostrado cómo se han producido estos cambios en la coloración de unas y otras poblaciones para explicar esta plasticidad adaptativa.
En su libro Las lagartijas no se hacen preguntas, el físico Leonard Mlodinow, guionista de películas como Star Trek y de la serie MacGyver, plantea un viaje por la historia de la ciencia que es en el fondo un viaje por la historia de la curiosidad. Desde nuestros antepasados primates hasta las visiones del mundo cuántico, Mlodinow plantea una biografía de las ideas de la mano de los principales científicos, a los que elogia, critica y humaniza.
Científicos de la Universidad de Valencia describen por primera vez, con la ayuda de métodos espectrofotométricos, la relación entre el policromatismo de la especie Podarcis muralis del Pirineo catalán con sus preferencias reproductivas. Las conclusiones se acaban de publicar en la revista Behavioral Ecology.
Madagascar es un punto crítico de las extinciones, con un 21%. Los Geckkonidae (como el Phelsuma quadriocellata) se están extinguiendo.
Un científico de la Universidad de Salamanca y otro de la Universidad de Yale (EEUU) han demostrado que la presencia de depredadores afecta a la conducta de Acanthodactylus beershebensis, una especie de lagartija del desierto de Negev, en Oriente Próximo. Según el estudio, estos reptiles se mueven menos y capturan presas más móviles y diferentes ante la presión de sus predadores.
Algunos animales cambian su dieta porque su hábitat se ha destruido o desertificado y ya no encuentran su comida habitual. Víctimas del cambio climático actual, estas especies están sufriendo la transformación de su entorno sin saberlo, y sobreviven a pesar de los cambios. Un ejemplo llamativo de ello son las lagartijas de las Islas Columbretes, únicas poblaciones de reptiles de Europa que consumen crustáceos y escorpiones.
En las Islas Columbretes los escorpiones se comen a las lagartijas y las lagartijas, a los escorpiones.