Una o muy pocas hembras de avispilla del castaño dan lugar en muy poco tiempo a poblaciones genéticamente homogéneas que amenazan al sector del castaño en Europa, según un estudio molecular de la especie llevado a cabo por varios centros de investigación españoles. Esto indicaría que este insecto procede de muy pocas hembras introducidas accidentalmente en Italia a partir de material vegetal infestado traído de China en 2006.
Actividades como el piragüismo, la pesca deportiva y el excursionismo han favorecido la dispersión accidental por muchos ríos de la Península de un alga invasora, conocida popularmente como moco de roca. Solo algunos pequeños organismos de los ríos, como la hidra de agua, son capaces de adaptarse al impacto ecológico de esta agua, según alerta un estudio liderado por la Universidad de Barcelona.
El cambio climático, y en particular el aumento de la frecuencia y la gravedad de eventos extremos como las olas de calor, pueden favorecer la proliferación del cangrejo de río americano. Con el aumento de la temperatura del agua este crustáceo adopta una dieta más herbívora que repercute en los ecosistemas, según un estudio publicado en la revista PLoS ONE.
Una nueva especie de planaria, denominada Obama nungara, ha llegado a Europa posiblemente a través del comercio de plantas. Este gusano originario de Brasil, descrito por primera vez por un equipo de investigadores entre los que se encuentra la Universidad de Barcelona, es una especie invasora y podría suponer un peligro si acaba colonizando áreas naturales o agrícolas.
La caña, una planta muy abundante en la orilla de muchos ríos de la Península, altera las comunidades de artrópodos del suelo y reduce el tamaño corporal de estos invertebrados en los hábitats naturales que coloniza, según un estudio publicado en la revista Biological Invasions y liderado por la Universidad de Barcelona.
El Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados presenta un nuevo proyecto divulgativo de ciencia ciudadana para identificar las especies invasoras que afectan al Mediterráneo balear. La iniciativa ¡Ojo Invasoras! se adhiere a la red de monitorización on line creada por el proyecto Observadores del Mar del Instituto de Ciencias del Mar.
Dos ejemplares de cotorra argentina (Myiopsitta monachus) en Madrid. / Wikipedia
Las cotorras que han invadido Europa y América del Norte durante los últimos 40 a 50 años, creando nidos masivos en muchas áreas urbanas, parecen tener su origen en una misma área geográfica pequeña de América del Sur. Además, todas las poblaciones invasoras son genéticamente iguales y se caracterizan por presentar un haplotipo dominante relativamente raro en la población fuente. Esta es la conclusión de un estudio internacional con la participación de científicos españoles.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, han comparado por primera vez la eficacia de la propagación del canto de las ranas de especies exóticas. En concreto han estudiado las señales de la rana común, Pelophylax perezi, y la rana toro, Lithobates catesbeianus, una especie muy voraz, introducida desde Norteamérica en más de 30 países de todo el mundo. Los resultados de esta investigación demuestran que la eficiencia en la propagación del canto de las especies invasoras puede ser mayor que el de las nativas a pesar de no encontrarse en su medio natural.
La rana común es uno de los anfibios con mayor distribución en la península ibérica. Se reproduce preferentemente en zonas de aguas permanentes, donde entra en contacto con el cangrejo rojo americano, que es depredador de sus larvas. Una investigación en la que participa el español Germán Orizaola, de la Universidad de Uppsala (Suecia), asegura que las larvas de estas ranas han desarrollado una respuesta defensiva ante la especie invasora. Además, tienen colas con más superficie y cuerpos de mayor volumen si coexisten con los cangrejos.