En este momento del año puede que ya se haya dado cuenta de que alcanzar los objetivos que se marcó para 2016 no es tan sencillo como creía. Un nuevo estudio revela el porqué. Las costumbres dejan una huella consolidada en los circuitos cerebrales de los ganglios basales, encargados de controlar los comportamientos adictivos.
Un nuevo estudio, publicado en la revista Science, revela cómo la nicotina activa un grupo de neuronas del hipotálamo que transmiten sensación de saciedad. Los resultados contribuirán al desarrollo de nuevos tratamientos para controlar el peso de los exfumadores –con tendencia a engordar cuando abandonan este hábito-, y de las personas con obesidad.
Un grupo europeo de investigadoras ha estudiado cómo se transmiten los hábitos del tabaquismo dentro del hogar. Sus resultados indican que en las viviendas donde los dos progenitores están presentes existe un grado importante de transmisión intergeneracional del hábito de fumar entre los padres y los hijos, especialmente entre individuos del mismo género.
Una mala alimentación, la ingesta de alcohol, el sedentarismo… Los hábitos de vida poco saludables ya se detectan en la adolescencia temprana, y predominan especialmente entre las mujeres y los jóvenes de entre 19 y 26 años. Por lo tanto, las campañas de prevención deben tener muy en consideración dichos grupos de riesgo, y dirigirse incluso a menores de 13 años.