Los conflictos armados de Siria, Ucrania o la República Democrática del Congo, entre otros países, suman cada día cientos de pérdidas humanas de civiles. A ellos se unen los animales salvajes, que se convierten en víctimas silenciosas de unas guerras en las que no han elegido bando. El ibis eremita en Siria o el elefante africano, amenazado por el comercio del marfil, quizá sean las últimas especies que causen baja.
Juan Pedro Monferre, catedrático de estudios árabes e islámicos de la Universidad de Córdoba, ha recuperado una hoja de un códice médico árabe del siglo XV o XVI en caracteres siriaco-arameos, de los pocos que se conocen y con gran valor patrimonial, que fue expoliado en la guerra civil Siria. Su equipo de investigación ha comenzado un estudio para determinar su origen y alertar de la pérdida y destrucción de manuscritos en estos conflictos.
Una sequía sin precedentes que asoló Siria entre 2006 y 2010 podría haber ayudado a impulsar el levantamiento sirio de 2011, según un estudio que publica la revista PNAS. El fenómeno climático destruyó la agricultura al norte del país lo que obligó a los agricultores a habitar unas ciudades empobrecidas y mal gestionadas, que junto a otros factores, crearon el malestar que surgió en la primavera árabe.
Recientemente se ha presentado el documental That’s the story, donde el único superviviente del proyecto Manhattan, el premio Nobel Roy J. Glauber (Nueva York, 1925), narra sus experiencias en el Laboratorio de Los Álamos de EE UU. Allí, junto con los grandes físicos de la época, colaboró en la creación de la primera bomba atómica. El productor del filme es el catedrático José Ignacio Latorre (Barcelona, 1959), que coincidió con Glauber en el Centro de Ciencias Pedro Pascual de Benasque (Huesca).
Antropólogos de Estados Unidos han aportado nuevos datos sobre cooperación y violencia en sociedades humanas pequeñas a partir de datos del pueblo yanomami, asentado en el sur de Venezuela y el norte de Brasil. Tras analizar las relaciones entre 118 guerreros, han visto que para pelear prefieren aliarse con hombres de otros pueblos de edades semejantes, y casarse con sus hermanas e hijas.
Muchos escritores y periodistas españoles trabajaron durante la I Guerra Mundial en diarios para ganarse la vida. Algunos autores, como Valle-Inclán o Ramiro de Maeztu, realizaron crónicas sobre el tema invitados por el ejército aliado, con objetivos propagandísticos y escasa calidad literaria. La contienda fue durante meses el único tema de primera plana y la prensa acordó respetar la postura oficial de España de declararse neutral en el conflicto.
Un estudio señala que las precipitaciones y el aumento de la temperatura favorecen toda clase de violencia, ya sea personal como intergrupal, e incluso puede provocar cambios en los gobiernos y la caída de civilizaciones enteras. El aumento de 2 ºC que se prevé en las próximas décadas puede hacer que crezca hasta en un 50% el número de guerras civiles.
Un equipo europeo, con participación de científicos del CSIC, ha desarrollado un modelo que analiza las diversas formas de resolver conflictos en entornos de edición conjunta, como la Wikipedia. El trabajo se publica en la revista Physical Review Letters.