Confinados en África oriental, los poco más de mil gorilas de montaña que quedan en el mundo se enfrentan a un peligro creciente: los turistas. La proximidad de los humanos, que no respetan las distancias con los animales, aumenta el riesgo de transmitir enfermedades a estos grandes simios, protagonistas del #Cienciaalobestia.
Los gorilas orientales permanecen cerca de los miembros adultos de su grupo cuando estos mueren, pero también observan, tocan, acicalan y lamen los cadáveres de otros individuos ajenos al grupo. Esta es la conclusión de un grupo internacional de científicos que ha grabado por primera vez este comportamiento que podría tener posibles implicaciones en la propagación de enfermedades como el ébola.
Un vídeo grabado por investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania muestra cómo se comportan tres tipos de grandes simios en estado salvaje ante una cámara. Para su sorpresa, las reacciones han sido muy diferentes entre especies. Las imágenes forman parte de un estudio para entender si la conducta de estos animales cambia al introducir elementos desconocidos en su entorno natural.
Los gorilas de montaña del Parque Nacional de los Volcanes en Ruanda comen hasta 30 kilos de plantas al día y su dieta es muy variada en un hábitat cada vez más fragmentado por la caza furtiva y la deforestación. Un estudio demuestra por primera vez cómo la morfología dental se adapta a los alimentos disponibles. La información de su desgaste dental sirve para identificar a los ejemplares que desaparecen.
Una familia de gorilas de montaña de la cordillera volcánica de Virunga en la frontera entre Ruanda, Uganda y República Democrática del Congo. / Gorilla Doctors (UC Davis)
Una investigación internacional muestra que dos tipos de VIH-1 tienen su origen en gorilas del sur de Camerún que se encuentran en peligro de extinción. Hasta ahora se sabía que el linaje que ha causado la mayor parte de la pandemia actual había saltado al ser humano desde el chimpancé, pero este nuevo trabajo, que involucra a científicos de Brasil, Francia, Estados Unidos, Reino Unido y varios países africanos, permite dilucidar la procedencia de todos los grupos de VIH.
Hasta ahora se pensaba que los humanos envejecían más lentamente que otros animales. Investigadores norteamericanos y africanos han comparado por primera vez los patrones de envejecimiento de humanos, chimpancés, gorilas y otros primates, y han concluido en un estudio, publicado esta semana en Science, que el ritmo de envejecimiento humano no es “tan exclusivo”.