Toda una vida dedicada al estudio de los gorilas. Este fue el trabajo de la zoóloga Dian Fossey, un símbolo de la lucha contra la caza furtiva, que acabó siendo víctima de esta misma actividad ilegal. Nacida en San Francisco (EE UU), el 16 de enero de 1932, viajó por primera vez a África en 1963 para investigar el comportamiento de los gorilas de montaña en su hábitat y en ese continente permaneció más de 20 años. Primero en Zaire y después en Ruanda, sus estudios de observación de estos primates se publicaron en la revista National Geographic y sirvieron para concienciar a la población de la situación de los gorilas en peligro de extinción.
Estableció una relación tan cercana con esta especie que se ganó la aceptación de varios grupos de gorilas. Fundó el Centro de Investigación de Karisoke en 1967 y en 1974 recibió el grado de doctora en Zoología por la Universidad de Cambridge. En 1983 publicaría el libro Gorilas en la niebla, que también da nombre a la posterior película sobre su vida protagonizada por la actriz Sigourney Weaver.
Su trabajo contribuyó en gran parte a la conservación de la población de gorilas y su legado continúa en la actualidad a través del ‘Dian Fossey Gorilla Fund International’ “Cuando te das cuenta del valor de la vida, uno se preocupa menos por discutir sobre el pasado, y se concentra más en la conservación para el futuro”, fue la última frase que Fossey escribió en su diario antes de morir asesinada a machetazos en su propia cabaña en 1985, a manos de los propios cazadores furtivos que combatió durante dos décadas.