Un equipo de paleontólogos españoles y portugueses describen los fósiles de una nueva nueva especie de dinosaurio herbívoro de unos 18 metros de longitud y un peso de 14 toneladas que habitó en los Pirineos durante el Cretácico superior. Abditosaurus kuehnei pertenece a un grupo de titanosaurios saltasaurinos procedente de América del Sur y África, que se diferencian del resto de dinosaurios europeos cuyo tamaño era más pequeño en esa época.
Las evidencias paleoantropológicas halladas hasta ahora sobre el Homo erectus, que apareció hace unos dos millones de años, sugerían que la dieta carnívora había moldeado nuestra evolución e impulsado cambios en el comportamiento y los rasgos anatómicos humanos, como un mayor cerebro. Un equipo de científicos rebate ahora esta hipótesis, a la que asocian a un muestreo intensivo de fósiles en un periodo y yacimiento determinados.
A pesar de su abundancia e importancia en los ecosistemas, los fósiles de estos mamíferos son escasos por la fragilidad de los huesos. En Canarias, con un vulcanismo activo, la preservación es aún más difícil. El hallazgo de los primeros restos de las dos especies endémicas del archipiélago, ahora en estado vulnerable, permitirá conocer mejor su origen y mejorar su conservación actual.
Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de La Rioja ha descubierto que ciertas especies de terópodos podían correr a una velocidad de 45 kilómetros por hora. El análisis de las huellas fosilizadas de estos dinosaurios carnívoros bípedos también ha permitido confirmar su agilidad.
Los fósiles de la columna lumbar, hallados en el yacimiento sudafricano de Malapa, resuelven un debate de décadas al demostrar que los primeros homínidos usaban las extremidades superiores para trepar como simios y las inferiores para caminar como humanos.
La diversidad fósil en la Isla de Wight, en Reino Unido, es mucho más amplia de lo que se pensaba hasta ahora. El análisis de unos restos fósiles hallados en los años 70 permite identificar a un nuevo género y especie de dinosaurio, perteneciente al grupo de los iguanodontianos, que hasta ahora se creía que era un Iguanodon o un pariente más pequeño.
Investigadores australianos han examinado los restos fósiles de la mandíbula de un pterosaurio gigante volador, de aproximadamente siete metros de envergadura, que sobrevolaba el continente australiano durante el Cretácico. Los resultados de esta investigación ofrecen nuevas pistas sobre el tipo de alimentación y el estilo de vida de estos "dragones" prehistóricos.
Unos 90 millones de años antes de que los niveles de oxígeno de la Tierra aumentaran para sustentar la vida, las esponjas ya vivían en los océanos, según sugiere el análisis de unas estructuras fósiles encontradas en Canadá. Los restos, hallados en antiguos arrecifes de unos 890 millones de años de antigüedad, podrían ser las primeras evidencias de vida animal.
Al igual que el ámbar, los excrementos de dinosaurio pueden esconder tesoros paleontológicos ocultos. Al escanear unos restos de estos coprolitos, un equipo de científicos ha descubierto en su interior ejemplares muy bien conservados de una nueva especie de escarabajo de unos 230 millones de años de antigüedad.
Las noticias sobre ataques de tiburón en diversas partes del mundo son frecuentes en nuestros días, pero un estudio internacional informa del primero a un humano del que se tiene constancia: un hombre, posiblemente un pescador, atacado en un mar de Japón entre el año 1370 y 1010 a. C. Su esqueleto ha aparecido sin una mano ni una pierna y con múltiples dentelladas.