En el sur de Argentina, científicos hallaron un fósil de 165 millones de años que arroja luz sobre la evolución de las ranas y los sapos. Tras analizarlo en detalle, han valorado que se trata de un espécimen único en el mundo.
Los mamíferos primitivos de pequeño tamaño que convivieron con los dinosaurios tuvieron un desarrollo y esperanza de vida más largos que los modernos con una masa similar. Así lo revelan dos fósiles con las dimensiones de un ratón encontrados en una isla escocesa.
La casa de subastas Sotheby's ha vendido en Nueva York el esqueleto de este dinosaurio Stegosaurus por 44,6 millones de dólares a un comprador anónimo, superando los 31,8 millones pagados por un Tiranosaurio rex en Christie's en 2020.
Un equipo internacional ha descubierto en Namibia un fósil del Paleozoico de gran tamaño al que han denominado Gaiasia jennyae. Este animal, que tenía un tamaño mayor que una persona, era un tetrápodo con una gran cabeza, dientes gigantes y vivía en el fondo de los lagos.
Esta resina tan apreciada en joyería ya se importaba hace más de 5.000 años, un milenio antes de lo que se pensaba. Lo sugiere un trabajo científico llevado adelante por investigadoras de las universidades de Granada y Cambridge.
Datos procedentes de restos arqueológicos de Oriente Medio sugieren que las disputas a gran escala podrían haber coincidido con los primeros protoestados centralizados. Para saber más acerca de los conflictos de aquellas primeras sociedades, un estudio liderado por científicos de la Universidad de Barcelona analizó más de 3.500 esqueletos.
Cuando esta región era 'polar', en ella habitaban unos animales marinos que eran de dos a tres veces más grandes que otros de su género actuales, que viven en Australia, Norteamérica o Europa. Este hecho apoya la teoría del 'gigantismo polar'.
Tan grande como un monovolumen, la mayor tortuga encontrada en Europa y la segunda del mundo vivió hace 83 millones de años. Su nombre, Leviathanochelys aenigmatica, hace referencia al Leviatán, la mítica bestia marina bíblica, y a sus peculiares características esqueléticas, que dejaron perplejos a los paleontólogos que la excavaron en el Pirineo catalán.
El espécimen, llamado Calliarcys antiquus, es una especie de insecto que no había sido descrita hasta hasta ahora y fue localizado en Alemania. En su identificación han colaborado científicos de cinco países, entre ellos, Javier Alba-Tercedor, catedrático de Zoología de la Universidad de Granada, que ha realizado un trabajo clave de microtomografía para obtener imágenes nítidas.
Un equipo liderado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid describe en este yacimiento de Cuenca el rastro producido por un dinosaurio de tipo carnívoro con dedos provistos de uñas afiladas y cuya huella izquierda muestra uno de sus dedos girados hacia atrás.