Un estudio de la Estación Biológica de Doñana demuestra que, en los últimos 40 años, la abundancia de especies de aves que consumen frutos en esta zona ha disminuido. Además, estos animales muestran una peor condición física. Según los investigadores, esto se relaciona con el cambio de vegetación y de temperatura asociado a la crisis climática.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha condenado a España por no cuidar los hábitats protegidos de Doñana ni evitar las extracciones de agua que dañan su ecosistema. Según el director de la Estación Biológica, urge “un plan ambicioso a medio plazo, un Doñana 2030, que permita estabilizar y recuperar lo que se está deteriorando a gran velocidad”.
Tras 50 años de existencia como parque nacional, las marismas de Doñana se enfrentan a nuevas y viejas amenazas. El acuífero, lugar de cría y de paso para miles de aves europeas, es especialmente sensible a la crisis climática, a la subida del nivel del mar y a la descompensación por los cambios en los periodos de lluvia y sequía.
El estrecho de Gibraltar es un lugar de migración por cielo y mar. Miles de pájaros se reúnen allí para cruzar el océano hacia África. Torres eléctricas y molinos eólicos salpican el paisaje y dificultan su vuelo. Otra amenaza que no se percibe a simple vista, la del calentamiento global, está cambiando las rutas y la vida de estas especies.
Para evaluar la contaminación ambiental del Parque Nacional de Doñana, un equipo de la Universidad de Córdoba ha analizado sus efectos en ratones que habitan la zona, que se convierten en bioindicadores terrestres de los tóxicos. Al estudiar los daños oxidativos en las proteínas de los animales, los científicos mostraron que los contaminantes afectan a procesos biológicos clave.
Un nuevo estudio ha contabilizado la población de esta ave rapaz en el sur de la península en cerca de 30 parejas. El declive es acusado incluso en el área protegida del Parque Nacional de Doñana, donde la reproducción ha dejado de ser exitosa.
El cambio climático y la actividad agraria están aumentando la salinidad en los sistemas acuáticos del Mediterráneo. Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas indica que los insectos acuáticos de Doñana, que tienen un papel regulador del ecosistema, muestran menos tolerancia a la salinidad y experimentan tasas más bajas de supervivencia y fecundidad.
El antiparasitario ivermectina es seis veces más tóxico que la moxidectina para los insectos responsables del reciclaje de la materia orgánica. Por primera vez se tienen evidencias científicas de este hecho basadas en estudios fisiológicos y se debería tener en cuenta a la hora de usar antiparasitarios para el ganado, según un estudio internacional liderado por la Universidad de Alicante.
Expertos de la Estación Biológica de Doñana han simultaneado, por primera vez, dos técnicas que permiten conocer la alimentación de los delfines del golfo de Cádiz, compuestas en su mayoría por peces como la merluza y el congrio. Los resultados del análisis de los contenidos estomacales y de biopsias a distancia permitirán establecer medidas de conservación para esta especie amenazada.
Las larvas de anfibios de los humedales del parque de Doñana no reconocen al cangrejo rojo americano como un depredador potencial a pesar de que llevan 35 años conviviendo, según un estudio realizado por investigadores de la Estación Biológica de Doñana. Los autores apuntan el "grave riesgo" que esto supone para dichas especies, que pueden tardar entre 80 y 200 años en reconocer las señales químicas de la nueva amenaza.