Los casos de diabetes a escala global, especialmente de tipo 2, serán más del doble en tres décadas si no se adoptan medidas que lo eviten, según una serie de estudios publicados en The Lancet. El racismo estructural y la desigualdad que padecen los países de ingresos bajos y medios agravan esta crisis mundial.
La Organización Mundial de la Salud ha indicado que aditivos como el aspartamo, la sacarina o la estevia no son efectivos en la reducción de la grasa corporal a largo plazo. Además pueden tener efectos indeseados si se usan por mucho tiempo, como el aumento del riesgo de diabetes de tipo 2, de enfermedades cardiovasculares y de mortalidad en adultos.
Afecciones como las úlceras, quemaduras o complicaciones quirúrgicas pueden provocar lesiones difíciles de cicatrizar y con un alto peligro de infección. El dispositivo diseñado por ingenieros del Instituto Tecnológico de California es inalámbrico, adherible y permite monitorizar en tiempo real el estado metabólico e inflamatorio de las heridas.
Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares ha descubierto diferencias en la regulación del metabolismo de los macrófagos —células esenciales del sistema inmunitario—, en función del órgano en el que residen. El hallazgo constituye una nueva vía terapéutica frente a patologías relacionadas con el sobrepeso y las enfermedades cardiovasculares.
Un equipo científico de las universidades de Granada y de Cádiz ha detectado que la diabetes favorece las formas solubles del péptido beta amiloide más tóxicas y dañinas. Todo ello, facilita la rotura de los vasos sanguíneos en el cerebro y potencia la muerte de las neuronas, típica de esta enfermedad.
El dispositivo, desarrollado por un equipo liderado por la Universidad de Cambridge, combina un monitor de glucosa convencional y una bomba de insulina con una aplicación que se ejecuta mediante un algoritmo. Es capaz de predecir cuánta insulina se necesita para mantener los niveles de glucosa en el rango objetivo.
La administración de unas bacterias con actividad probiótica en modelos animales obesos puede disminuir la inflamación y mejorar los perfiles metabólicos, según indica un estudio liderado por un equipo del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili. El hallazgo podría abrir una vía terapéutica para el tratamiento de enfermedades como la obesidad o la diabetes de tipo 2.
Un estudio, en el que ha participado el Centro de Regulación Genómica, demuestra que estas células derivadas de células madre son capaces de imitar tanto la estructura como la función de los islotes pancreáticos normales. Además, son capaces de controlar eficazmente el metabolismo de la glucosa en ratones, lo que supone un paso más en el tratamiento de la diabetes.
Estas moléculas, denominadas p38γ p38δ, podrían estar detrás de algunas de las enfermedades congénitas de origen cardiometabólico cuya causa se desconoce en la actualidad. El trabajo sugiere que una dieta rica en ácidos grasos podría ser un tratamiento válido para tratar este tipo de enfermedades.
Tras analizar a más de un millón de adultos residentes en la capital, investigadores de la Universidad de Alcalá muestran que las áreas con menos instalaciones deportivas presentan un 22 % más de obesidad y un 38 % más diabetes. El efecto es mayor en zonas de bajo nivel socioeconómico, y aún más en mujeres. Instan a los ayuntamientos a estimular el deporte inclusivo para reducir las desigualdades en salud.