La saturación de muchos centros hospitalarios durante los primeros meses de la pandemia supuso la interrupción de pruebas programadas, consultas y cirugías. Expertos de varias sociedades médicas confirman el impacto en las personas con otras patologías, cuyo aumento de ingresos se une ahora al coronavirus.
El vínculo entre la obesidad y otras patologías podría deberse a un tipo de mutación genética. Así concluye un estudio, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona, que muestra cómo variaciones habituales en la población son más frecuentes en personas obesas con al menos una de estas enfermedades relacionadas.
Comer alimentos poco adecuados y la falta de actividad física durante la cuarentena ha tenido consecuencias en el estado metabólico que van más allá de lo estético: la obesidad es un factor de riesgo para la COVID-19, su prevalencia aumenta en personas con un nivel socioeconómico más bajo y afecta especialmente al desarrollo infantil. Ahora toca mitigar estos efectos colaterales de la pandemia.
Un estudio realizado en España concluye que, cuando la dieta es saludable, la presencia de obesidad no aumenta el riesgo de diabetes. Este hallazgo podría cambiar la estrategia dietética en pacientes prediabéticos hacia enfoques centrados en una alimentación más sana, en lugar de en la pérdida de peso.
Un equipo del CNIO ha demostrado que un 26 % de los casos de diabetes tipo 3c está causado por cáncer de páncreas. El hallazgo podría permitir la clasificación de estos pacientes como susceptibles de ser monitorizados de forma temprana con el objetivo de aumentar su supervivencia. La elevada mortalidad de este tumor se debe a su diagnóstico tardío.
Investigadores de la Universidad de las Islas Baleares han descubierto una conexión que ayuda a comprender cómo la diabetes facilita el desarrollo de la enfermedad de Parkinson. La carboxietilisina, un compuesto generado en exceso en personas con diabetes mellitus del tipo II, altera las propiedades estructurales de la alfa-sinucleína, la proteína responsable del párkinson.
El mayor estudio hasta la fecha sobre regulación genética de los niveles de hormonas sexuales muestra cómo influyen en la probalidad de sufrir enfermedades. Valores más altos aumentan el riesgo de tumores de mama, endometrio y diabetes tipo 2 en mujeres, y de próstata en hombres.
Un estudio observacional de la Universidad de Harvard concluye que adoptar una dieta sana, hacer ejercicio con regularidad y evitar el sobrepeso, el alcohol y el tabaco en la edad madura se asocia con una reducción de enfermedades graves como el cáncer, las dolencias cardiovasculares y la diabetes en etapas posteriores de la vida.
Tiene una mejor composición de vitaminas, ácidos grasos y probióticos que la leche de vaca, lo que la hace ideal para grupos con necesidades especiales y para tratar enfermedades como la diabetes mellitus, según varios estudios internacionales. Otro año más, los camellos son los protagonistas de #Cienciaalobestia en la víspera de la festividad de los Reyes Magos.
Alimentarse de forma restringida en el tiempo –un fenómeno conocido como ayuno intermitente– posee ciertos beneficios para las personas con síndrome metabólico, un grupo de trastornos que aumenta el riesgo de enfermedad cardiaca y diabetes tipo 2. Eso sí, se necesitan estudios más grandes antes de que llegue a las consultas.