Con menos de diez años de diferencia, dos ilustres personajes visitaron el misterioso archipiélago de las Galápagos. Uno era un aún jovencísimo Darwin, quien a bordo del Beagle escribió un diario de viaje donde ya se intuyen las ideas de El origen de las especies. Otro fue Herman Melville, el autor de Moby Dick, que les dedicó un feroz relato de viajes. Ahora, el libro Las Encantadas. Derivas por Galápagos pone ambos textos frente a frente.
Los científicos llevan años alertando de que la mosca invasora Philornis downsi amenaza a las especies de pinzones de las islas Galápagos. Ahora, un estudio internacional en el que participa la Universidad Complutense de Madrid muestra cómo otras especies de aves, los mockingbirds, resisten mejor el daño del parásito al desarrollar un mecanismo de defensa en los nidos: sus polluelos piden más comida y se alimentan mejor.
Comienza la temporada de festivales de verano y cientos de personas se moverán al ritmo de sus grupos favoritos. Pero no solo los humanos son capaces de danzar al compás de la música. Algunas aves, las ballenas, los delfines, las focas, los murciélagos y los elefantes, entre otros, también pueden seguir el tempo de una melodía.
Hoy Darwin cumpliría 205 años, y coincidiendo con la fecha de su nacimiento, investigadores de la Universidad de Tennessee en Chattanooga (EE UU) han publicado en la revista ZooKeys la descripción de una nueva especie de escarabajo que el naturalista inglés descubrió hace 180 años en Bahía Blanca, Argentina. El ejemplar se encontraba entre los fondos del Museo de Historia Natural de Londres.
Coincidiendo con el 205 aniversario del nacimiento de Charles Darwin, Jesús Zamora, catedrático de Filosofía de la Ciencia de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), reflexiona sobre de qué forma su revolucionaria teoría de la evolución cambió la visión del mundo que tenía el ser humano hasta entonces.
La súbita aparición de especies acontecida hace 530 millones de años era la pesadilla del famoso naturalista inglés, pues contradecía sus hipótesis hasta el punto de conocerse como ‘el dilema de Darwin’. Ahora, la paradoja parece resuelta. Un estudio revela que este ‘Big bang’ evolutivo puede ser explicado mediante la teoría de la selección natural.
Un ciempiés camina sobre su antepasado fósil que vivió durante la explosión cámbrica, hace unos 515 millones de años./ Michael Lee
El viaje de Eudald Carbonell a las Galápagos fue una experiencia que le dejó huella. Según el paleontólogo, pasar unos días en la que él llama Isla Evolución (Isla de San Cristóbal) ayuda a entender que la evolución no es solo una teoría, sino una realidad.
A la hora de escoger un destino turístico con un toque de ciencia, Andrés Moya, catedrático de Genética de la universidad de Valencia y presidente de la Sociedad Española de Biología Evolutiva (SESBE) lo tiene claro: “Acudir a las mismas islas que visitara Darwin en su momento prácticamente ya constituye una justificación en sí para todo evolucionista”.