Aunque a veces son caníbales, las cucarachas suelen alimentarse de los restos que dejamos las personas, como el pan o las patatas, y por eso se refugian en viviendas y edificios. Un equipo de científicos predice en qué casas se encontrarán más insectos, protagonistas de #Cienciaalobestia. Una pista: la higiene del hogar hace mucho.
Termitas, abejas y hormigas viven en sociedades organizadas en las que conviven diferentes generaciones de individuos que se cuidan los unos a los otros. Un nuevo trabajo revela ahora las claves de la evolución genética de las termitas para desarrollar un estilo de vida colectiva similar al de las hormigas, teniendo en cuenta que sus orígenes fueron diferentes.
Un trabajo del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF), publicado esta semana en la revista PNAS, revela que la correcta metamorfosis de los insectos depende de un microARN, una cadena muy corta de ARN (ácido ribonucleico) llamada miR-2, de apenas 20 nucleótidos. Así lo han comprobado en la cucaracha Blattella germanica.
Investigadores británicos han descubierto un antiguo antepasado de la cucaracha, Archimylacris eggintoni, que vivió hace unos 300 millones de años. El estudio, que se publica hoy en Biology Letters, ha permitido crear un nuevo modelo de fósil virtual tridimensional sin precedentes con información muy detallada.
El antepasado fósil de la cucaracha (Archimylacris eggintoni) en 3D.
Un equipo de investigación del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva, dirigido por Amparo Latorre y Andrés Moya, ha mostrado por qué la cucaracha alemana (Blatella germanica) elimina el exceso de nitrógeno excretando amoniaco, a diferencia de la mayoría de los insectos terrestres, que suelen producir ácido úrico como compuesto de desecho. La investigación, que se publica hoy en la revista de libre acceso PLoS Genetics, ofrece una nueva perspectiva del funcionamiento del organismo de la cucaracha.