Un estudio publicado en la revista Cancer Cell desvela que la carencia o pérdida de una proteína en las células, denominada SIRT3, induce la proliferación del cáncer de mama. Esta proteína puede ser una diana terapéutica eficaz para desarrollar terapias efectivas contra el cáncer. El estudio ha sido liderado por Marcia Haigis de la Harvard Medical School (EE UU), y ha contado con la participación del Arkaitz Carracedo, del Laboratorio de Proteómica del CIC bioGUNE.
Un grupo de investigadores de CIC bioGUNE del País Vasco ha desvelado que el estrógeno podría tener la función de reducir el riesgo de cáncer de mama. El trabajo muestra que esta hormona femenína es capaz de reducir el número de células madre del cáncer de mama, lo que puede explicar la menor agresividad del tumor y la posibilidad de un mejor pronóstico de la enfermedad.
Un equipo del Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca ha desarrollado un nuevo tratamiento para el cáncer de mama basado en la combinación de dos fármacos que mejora los resultados en un tipo de tumor que representa un 30% de los casos de esta enfermedad. El ensayo con pacientes ya está aprobado y comenzará a realizarse cen toda España.
Una investigación en la que ha participado el Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca ha revelado el papel de un nuevo gen en el cáncer de mama, en concreto, acerca de su utilidad para realizar un pronóstico de la evolución de la enfermedad. Jesús Pérez Losada, investigador del CIC, es uno de los firmantes de este trabajo, que acaba de ser publicado en la revista científica Journal of Clinical Oncology y que se enmarca en su línea de investigación sobre la influencia de la genética en cáncer esporádico, es decir, el causado por factores ambientales, que es el mayoritario.
Aunque la nueva Unidad no trabajará con fármacos procedentes de la industria farmacéutica, aplicará los resultados del Programa de Terapias Experimentales del CNIO. En la imagen, células de cáncer de mama.
Casi el 57% de las mujeres del estudio aumentaron su IMC 5 kg/m2 o más entre los 20 años y el comienzo del estudio.
La extensión de los programas de cribado (en la imagen) ha provocado una caída en la incidencia del cáncer de mama.