El bagre dorado, uno de los peces más comercializados en el río Amazonas, bate el récord en recorrer las distancias más largas del mundo en agua dulce. Un estudio demuestra por primera vez que este pez, protagonista de nuestro #Cienciaalobestia, realiza un total de 11.600 kilómetros a lo largo de toda su vida, atravesando casi todo el ancho de América del Sur.
Árboles de la selva tropical del Amazonas.
Ante el posible aumento de la explotación petrolífera en la Amazonía ecuatoriana, un equipo de científicos, con participación del Real Jardín Botánico de Madrid, advierte del peligro para la biodiversidad en esta zona. Según el trabajo, que presenta una visión actualizada del mapa petrolero de la Amazonía, los bloques de petróleo concesionados representan en la actualidad el 30%, pero la cobertura podría extenderse a casi el 70% en los próximos años, afectando también a otros países cercanos y poniendo en riesgo la zona más rica del planeta.
Los peces carachama de Ecuador se enfrentan a un crustáceo parásito que puede llegar a representar más del 15% de su cuerpo habitando en su cavidad abodominal. En algunos casos, el alien termina con los peces castrándolos o matándolos de hambre. Un estudio español describe cómo actúa el parásito que fue descubierto en 1866 en Argentina, y que se observa ahora por primera vez en Ecuador en estos peces del Amazonas.
Un equipo internacional, dirigido por el Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha comprobado que la diversidad de especies y su abundancia en el río Amazonas está determinada por la calidad de las áreas inundables y la distancia a la que se encuentran las masas forestales, así como por la cantidad de oxígeno disuelto en el agua. El estudio insta a conservar las zonas inundables, ya que la pesca es un recurso esencial para las comunidades humanas que viven a lo largo de los ríos tropicales.
Una expedición de ecólogos y botánicos de la Universidad Rey Juan Carlos, junto a expertos ecuatorianos, han explorado los cerros de Mura Nunka en Ecuador para estudiar su biodiversidad. Esta región tropical alberga un gran número de especies desconocidas por la ciencia y que se encuentran amenazadas por la acción del hombre.
Los humedales de Doñana, la Gran Barrera de Coral en Australia y la selva amazónica, sitios inscritos en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, están amenazados por el cambio climático, pero también por otros problemas locales que podrían evitarse con una gestión local efectiva. Así lo expone un equipo de científicos en Science.
Los bosques del Amazonas absorben menos carbono que hace algunas décadas. Un estudio publicado en la revista Nature indica que ante el aumento de CO2 en la atmósfera, los árboles crecen más rápido pero la consecuencia de este hecho es que acortan su vida y, por lo tanto, la selva amazónica en su conjunto disminuye su capacidad para retener gases de efecto invernadero. Si este fenómeno se confirma en otras partes del mundo, los científicos creen que habría que revisar los modelos de cambio climático y reducir aún más las emisiones.
Un equipo de internacional de científicos ha elaborado un documento para advertir al G-20 sobre los efectos ambientales de la proliferación de carreteras e infraestructuras energéticas. A mediados de siglo, habrá 25 millones de kilómetros de nuevos caminos, que permitirían rodear la Tierra más de 600 veces.
Investigadores de seis países, entre ellos Perú, Bolivia y Brasil, han realizado un estudio comparativo de 13 parcelas de selva tropical, algunas de ellas afectadas por la severa sequía de 2010. Los autores han determinado que los bosques afectados absorben menos carbono. También han revelado que en condiciones adversas los árboles dedican sus reservas de energía al crecimiento en lugar de a mantener su propia salud.