En España, varias compañías privadas contribuyen a la vacunación contra el SARS-CoV-2, con proyectos que van desde la fabricación de antígenos y compuestos para ensayos clínicos hasta el envasado y producción de los fármacos. Para ello han contado con más de 7,7 millones de euros en financiación pública.
El Gobierno de Biden enviará seis millones de dosis a países de Suramérica y Centroamérica a través de la iniciativa Covax respaldada por la OMS. También remitirá otras 18 millones a Asia, África y “socios” como Canadá, India y Corea del Sur. Es la primera vez que este país comparte vacunas con el resto del mundo.
La Organización Mundial de la Salud ha aprobado este lunes el uso de emergencia de la vacuna anticovid de Sinovac, segunda de fabricación china que obtiene esta luz verde después de que a principios de mayo lo consiguiera la desarrollada por Sinopharm. Su eficacia es del 51 % en la reducción de casos sintomáticos y el 100 % para los graves.
Al inicio de la pandemia, para acelerar la recuperación económica se propuso dar un ‘visado’ de inmunidad a personas que hubieran pasado la covid-19, una idea ética y técnicamente inviable. Un año después, las vacunas han sido la clave para convertirla en una opción realista que Europa pondrá en marcha en julio. No obstante, aún quedan retos: evitar la creación de desigualdades y garantizar la privacidad.
Como norma general las personas alérgicas pueden recibir cualquier vacuna disponible en España, teniendo en cuenta ciertas recomendaciones. Las reacciones alérgicas graves tras la vacuna están siendo muy infrecuentes y todos los casos notificados se han recuperado bien. En muy pocas personas la vacuna de la covid-19 está contraindicada.
Hace más de veinte años, Sudáfrica y la India lograron vencer los intereses de las grandes farmacéuticas para poder importar y fabricar versiones genéricas de la combinación de antirretrovirales. ¿Se podría hacer algo parecido para superar la actual pandemia? ¿Sería suficiente con la suspensión temporal de las patentes de las vacunas?
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha dado su respaldo al uso de la vacuna de Pfizer/BioNTech para adolescentes.
Los datos preliminares del estudio LacCOVID muestran que los bebés amamantados por mujeres vacunadas con Pfizer/BioNtech pueden estar protegidos de la covid-19. El trabajo ha contado con la participación de profesionales del Parc Sanitari Sant Joan de Déu que desarrollan su labor en primera línea, son madres lactantes y querían vacunarse.
El Comité de Bioética, tras recibir la consulta del Ministerio de Sanidad, ha concluido que es ética y legalmente recomendable que las personas que rechacen combinar vacunas firmen un protocolo de consentimiento que acredite que disponen de suficiente información sobre el riesgo de síndrome de trombosis asociado a AstraZeneca.
Hasta hace pocos días, ningún estudio había descrito la respuesta inmunitaria y los posibles efectos adversos al combinar distintas vacunas para la covid. Para eso se diseñó el ensayo español cuyas conclusiones se completarán con otros ya en marcha. Así es como la ciencia ilumina nuevos caminos y facilita que decisiones difíciles se puedan tomar con más rigor.