Investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía y la Universidad de California han encontrado en el centro de nuestra galaxia un extraño grupo de objetos a mitad de camino entre estrellas y nubes de gas. Podrían ser estrellas fruto de una fusión estelar e 'hinchadas' por las condiciones de gravedad extremas que rodean al agujero negro Sagitario A* del centro galáctico.
Investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias y de los National Astronomical Observatories de China han descubierto que el disco de nuestra galaxia tiene unos 200 mil años-luz de diámetro, un tamaño superior al calculado hasta ahora. Esta distancia implica que si pudiésemos viajar a la velocidad de la luz, tardaríamos 200.000 años en atravesar el disco de la Vía Láctea.
La Agencia Espacial Europea ha publicado recientemente el segundo archivo del catálogo de la misión Gaia, con posiciones de 1.700 millones de estrellas. Los datos están disponibles en acceso abierto para la comunidad científica y el público general.
La colaboración científica internacional del Observatorio Pierre Auger, en Argentina, ha detectado que los rayos cósmicos de muy alta energía que llegan a la Tierra proceden de fuera de nuestra galaxia. El descubrimiento resuelve un misterio astronómico de hace más de medio siglo, pero no desvela las fuentes que originan estas energéticas partículas.
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto una enana blanca poco común en la Vía Láctea cuya masa es baja y su composición extraña. El remanente estelar que gira a gran velocidad podría ser uno de los restos de una supernova de tipo Iax, de la que aún se tiene escaso conocimiento, y se podría haber originado entre hace cinco y 50 millones de años.
Las órbitas de las estrellas que, como S2, se mueven en torno al agujero negro supermasivo que hay en el centro de nuestra galaxia parecen desviarse ligeramente de la ruta calculada por la física clásica y mostrar los efectos que predijo Einstein en su teoría de la relatividad general. Así lo sugiere un estudio basado en las observaciones del supertelescopio VLT del Observatorio Europeo Austral y otros instrumentos.
Las enanas marrones no contienen masa suficiente para comenzar la fusión de hidrógeno, lo que impide su evolución como estrellas. Un estudio, en el que participa el Instituto de Astrofísica de Andalucía, apunta a que la Vía Láctea podría contener entre 25.000 y 100.000 millones de estos objetos subestelares.
En un ambiente tan extremo como las emisiones de material que expulsan los agujeros negros supermasivos pueden nacer las estrellas. Así lo confirman las observaciones de una galaxia situada a 600 millones años luz de la Tierra, un descubrimiento que ayudará a comprender mejor las propiedades y evolución de nuestra Vía Láctea.
Un equipo de astrónomos ha podido observar directamente dos galaxias parecidas a lo que fue la Vía Láctea hace millones de años, cuando el universo tenía un 8% de su edad actual. El descubrimiento ha sido posible gracias a la luz de cuásares situados detrás y a la gran sensibilidad del telescopio ALMA, que ha permitido detectar los enormes halos de gas y polvo de estas jóvenes galaxias.